Una sorpresa

1229 Words
Una semana después Londres Emma Miro por la ventana la vista de la ciudad, pensando en Dylan, en lo frustrada que me siento por su ausencia, ahora mismo me encantaría verlo cruzar por esa puerta para abrazarlo con todas mis fuerzas, repitiéndole que lo amo, pero ahora solo puedo conformarme con escuchar su voz por el celular y esperar que pueda venir pronto a mi visitarme. Doy vueltas en la cama sin poder dormir, en realidad siento que cada día lo pierdo un poco, pero debo dejar a un lado mis miedos, sé que nuestro amor es verdadero y es capaz de resistir cualquier dificultad. –¿princesa me escuchas? ¿estás dormida? – me dice Johan moviéndome. –¿Qué haces aquí Johan? ¿no deberías estar en tu habitación? además Daysi esta dormida– –Emma quiero estar con mi novia, ¿puedes dormir en mi habitación con Jeremy? – – ¡en serio Johan! está bien, pero me debes un favor– le digo mientras salgo de la habitación. En segundos me escabullo a la otra habitación, donde esta Jeremy durmiendo a pierna suelta, pero si antes no podía dormir ahora menos con los ronquidos de mi nuevo vecino, en fin, hago un esfuerzo para descansar. New York Dylan Por todo el trabajo que a última hora me surgió tuve que aplazar mi viaje a Londres para ver a Emma, aunque por fin pude terminar y ahora solo espero abordar el primer vuelo que parte del aeropuerto, quiero sorprender a mi novia, porque ella no sabe que estaré en un par de horas allá. Han pasado un par de horas hasta que escucho al capitán anunciado nuestro aterrizaje, en unos minutos me encuentro haciendo migraciones, ahora abordo un taxi para ir directo al club ecuestre Ebony Riding de Brixton lugar de entramiento de Emma. Luego de un lapso llego al lugar, bajo con mi equipaje en mano, camino unos metros hasta que me encuentro con uno de los empleados del club, enseguida pregunto por el equipo ecuestre de EEUU, él me indica que están realizando las prácticas y que no pueden ser interrumpidos, pero puedo observar el entrenamiento desde los palcos. Enseguida me encamino hasta el sitio hasta que veo a los jinetes realizando sus saltos, busco con la mirada a mi novia hasta que la veo, no puedo evitar sonreír como un tonto, pero los aplausos de la gente que observa me sacan de mis pensamientos. –la chica rubia es mi favorita– escucho decir a una de las personas. –¿señora Spencer no le parece que ella es la mejor jinete del equipo de EEUU? se llama Emma Mckeson– escucho que conversan un hombre joven con una mujer de más edad. –querido Zhamir ella debería montar uno de tus caballos ¿no lo crees? – dice la mujer. Escucho decir al entrenador que es todo por hoy, que pueden retirarse enseguida voy en busca de Emma hasta los vestuarios, la espero afuera de los mismos, en minutos la tengo frente a mí con su bolso colgando de su hombro. –¡Dylan! amor que sorpresa– me dice emocionada mientras la abrazo con todo mi ser. –hola corazón, te extrañe me hacías tanta falta– le digo separándome de ella un poco. –amor no te esperabas ¿por qué no me dijiste que venias? –me dice con una gran sonrisa de felicidad. –Emma quería sorprenderte– le digo robándole un beso. –¡te amo!, ¡te amo loco!– me dice sobre mis labios para luego besarnos con amor. –corazón hago todo por ti, te amo– le digo feliz. –Dylan ¿viniste directo del aeropuerto? ¿debes estar hambriento o me equivoco? – –tengo algo de hambre, pero ¿por qué no vamos al hotel donde me voy a quedar?, me ducho y cenamos, ¿qué te parece el plan? – –amor me parece perfecto, pero voy a buscar a Johan para que me cubra– Emma Estoy que no puedo parar de sonreír como una tonta de tanta felicidad, el hombre que amo está aquí, Dylan hizo un esfuerzo y vino a verme como me lo prometió, es que aún no me lo puedo creer, en fin, hable con Johan para que le diga a Simone que me voy a quedar en casa de mis tíos y mañana a primera hora me presento a los entrenamientos. Todo el trayecto mi novio no dejaba de robarme besos hasta que por fin llegamos al hotel, subimos hasta la habitación, pero nuestros besos se han vuelto más ardientes, subidos de tono, puedo sentir que ninguno puede controlarse, así Dylan comienza a desnudarme, aunque yo no me quedo atrás tiro torpemente de su cinturón, voy por su pantalón para terminar de dejarlo en bóxer, en segundos nos encaminamos hasta la cama donde me acomoda con delicadeza, en medio de caricias ardientes se detiene un minuto para buscar un condón en su billetera, pero lo detengo y le digo que no se preocupe que todavía es efectiva la inyección que me aplique antes de venir, tira el preservativo a un costado y continua besándome con amor, comienza con un camino de besos por mi cuerpo entre gemidos, baja hasta el sur haciéndome enloquecer, le pido que se detenga atrayéndolo a mi boca, cuando siento que me penetra sin esperármelo, me aferro a su espalda mientras sus embestidas son pensadas, diciéndome al oído todo lo que siente por mí, en segundos sus movimientos se han vuelto salvajes y desquiciantes, en un momento más llegamos al ansiado alivio sellándolo con un te amo al unisonó para luego pegarme a su pecho_ –te amo Emma, no entiendo como he podido estar sin ti todo este tiempo, me haces perder la cabeza– me dice todavía agitado. –yo tampoco lo entiendo como he podido estar sin ti, pero valió la pena, fue asombroso, te amo– –¿estás seguras que todavía sirve la inyección? no quiero que tu padre me mate si sales embarazada– me dice entre risas nerviosas. –amor tranquilo, yo tampoco quiero salir embarazada, todavía no estoy lista para ser madre– –¿no te sientes lista o no quieres tener hijos? –me dice con dudas. –amor tengo 22 años, sabes que primero quiero cumplir mi sueño…. –corazón ¿quieres hijos o no? sé que ahora no es el momento, pero tengo curiosidad– –Dylan ¿estamos hablando de hijos? – le digo con dudas. –¿Cuántos hijos quieres tener Emma? Es solo una pregunta– –¡hijos ……! no lo sé, nunca lo he pensado– le digo nerviosa. –tranquila amor todo a su tiempo, no quiero presionarte primero debemos hablar de matrimonio, luego de hijos– –Dylan ¿estás hablando de matrimonio? ¿estás jugando? –le digo nerviosa. –Emma yo no tengo dudas, tú eres la mujer con la que quiero compartir mi vida– –Dylan te amo no tengo dudas, aunque es muy pronto para hablar de matrimonio, al menos para mí, entiendo que tal vez tu creas que debemos hablarlo porque llevamos tres años juntos, pero no es necesario– –no te asustes amor, solo conversamos– me dice sobre mis labios para besarme.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD