El tiempo siguió su curso y antes de que se dieran cuenta ya estaban trabajando en los detalles de lo que sería la más importante boda de todos los tiempos en Nagoya. Faltaban apenas diez meses para que llegara el 01 de agosto en el que Kenji y Natsuki se darían el sí y se unirían como marido y mujer ante la sociedad. Yori ya llevaba unos meses de haber regresado a la Mansión Nagata después de un exitoso tratamiento que lo hizo renacer, y era parte del grupo que estaba organizando el matrimonio de su hija, ya que, al faltar Mika, entendió que debía estar con sus hijos en reemplazo de la amada madre que hace un poco más de un año había partido hacia un lugar mejor. Megumi también aportaba en la organización desde Londres porque en ese momento se le hacía complicado viajar. Un segundo embara
