"Ella no quiere pensar lo peor, pues él parece sincero,
por lo que decide olvidar, todo aquel enorme enredo.
Siguen compartiendo más, incluso se vuelven íntimos,
contando grandes secretos, sus sueños, hasta sus vicios"
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Edward miró a Sarah fijamente, un poco nervioso al ver que ella dudaba de lo que le decía.
¿En serio había personas diciendo que él era un perro sinvergüenza? No podía creer que semejante chisme estuviese circulando por los pasillos y que haya llegado a oídos de ella.
—¿No coqueteas con todo palo con faldas que te pasa por el frente? —cuestionó ella, de brazos cruzados
Edward desvió la mirada, incómodo con la pregunta.
Si que coqueteaba con la mayoría de las mujeres que conocía, pero de ahí a jugar con todas, era otra cosa. Bueno, eso er
