Alrededor se encontraba un enrejado que estaba muy bien iluminado, pero este no dejaba observar el interior gracias a una línea de arbustos que impedía la vista de cualquier curioso. Pasando la entrada el auto avanzo por un camino empedrado que era iluminado por pequeñas luces enterradas y ocultas por matas de flores blancas. Camila observó a su alrededor, pero no se quedó maravillada por la elegancia y estilo con el que había sido diseñado ese lugar, sino por la cantidad de hombres armados que vigilaban. ¿Cómo saldría de ahí? Sus piernas comenzaron a temblar al pensar que tal vez no tenía ni una sola esperanza y quizás la única forma de salir era dándole lo que él buscaba de ella y por mucho que odiara la idea parecía ser su única opción si es que quería salir con vida de ahí. —Llegam