Martha seguía consolando a Camila, ella lloraba desconsoladamente, aquella pesadilla finalmente se terminaba, escuchar la voz de su madre la había tranquilizado más de lo que ella creía. Hablaron, lo que a Camila le pareció poco tiempo, solo habían sido cinco minutos. Mientras estaba en la universidad no solía llamar a sus padres por falta de tiempo o simplemente por pereza, pero en esa ocasión se dio cuenta de que había desperdiciado mucho tiempo en sus actividades y en su propia vida cuando lo que debia hacer fue tener más contacto con sus padres, en ese instante se juró a sí misma que trataría de ser más apegada a ellos, no por lo que le había ocurrido, sino porque entendió que la vida te distrae muy fácilmente haciéndote olvidar lo que realmente importa, tus seres queridos, un día pued