Capitulo 2.

1241 Words
Zane manejo hasta el edificio que hace dos años lo había ordenado construir. Ahora la empresa estaba en lo más alto en nivel industrial y social, gracias a Zane. Dejaron pasar a Zane al estacionamiento y se estaciono en su lugar privado de siempre, tomo su portafolio y se bajo del auto, puso la alarma y fue directo al ascensor, se ajusto el nudo de su corbata y espero a que bajara. Una mujer con una falda tuvo gris con una camisa celeste manga larga y unos tacones oscuros se paro su lado, mientras parecía estar muy nerviosa. Zane volteo a verla. -          Buenos días –dijo Zane La mujer volvió a verlo y casi se le salen los ojos de impresión de aquel hombre que la miraba desde su altura. -          Buenos días –dijo Zane le sonrió y se volteo de nuevo para ver las puertas del ascensor, y en unos segundos más, las puertas se abrieron y Zane, junto a la mujer entraron. -          ¿A qué piso va, señorita? –pregunto Zane -          36 –dijo ella -          Oh, pues, vamos al mismo lado entonces –le sonrió y presiono el botón 36 Un silencio se incorporo en su viaje hasta el piso 36. La mujer volteo haber a Zane, apretó sus labios y luego, pregunto: -          ¿Eres nuevo? -          Si, algo así –rio levemente Zane -          Ah, ya veo –dijo Silencio. -          Mi nombre es Andrea –dijo y le extendió la mano -          Zane –dijo y le tomo la mano con delicadeza apretándosela un poco, dejando a la mujer, suspirando fantasías Zane le sonrió. -          Un gusto conocerte -          Igualmente –dijo Andrea Zane le soltó la mano y esta la bajo. -          ¿Tú eres nueva? -          Bueno…vengo a buscar trabajo como asistente de jefe –dijo -          ¿Así? –sonrió divertido Zane –que bien -          ¿Y tú? -          Mmm… tengo un trabajo cercano con el jefe –dijo Zane -          ¿Enserio? –dijo Andrea Zane asintió aguantándose las ganas de reírse. -          Seria genial que me…dieran el trabajo –dijo Andrea –al menos ya conozco a alguien Zane asintió. -          Tienes razón –dijo Zane –ser nuevo apesta -          Si –asintió Andrea Las puertas se abrieron y Zane le hizo una señal a la chica, para que pasara antes que él, ella le sonrió y le dijo un ‘gracias’, Zane asintió y salió del ascensor. -          Creo que…nos veremos pronto –dijo Zane Andrea asintió sonriente. -          Hasta luego Zane le sonrió y le hizo una seña de adiós, camino al lado contrario de la chica y fue directo a su oficina. La secretaria entro junto a él a la oficina. -          Sr. Maine –dijo la secretaria –una chica vendrá por el puesto de asistente, así que yo le puedo hacer la entrevista, si así usted lo desea Zane rio. -          No, yo lo hare –sonrió Zane –muchas gracias, Ally, cuando venga, hazla pasar -          Claro, Sr. Maine –y se retiro Zane encendió el aire acondicionado y se sentó en su silla de cuero. Pensó en la chica que se había encontrado en el ascensor, rio y pensó que su cara seria épica cuando viera que él era el jefe. Había coqueteado un poco con ella y ella había caído redondita, seguro a de pensar que en un futuro la invitaría a salir… ‘Aunque no estaría mal eso’ pensó Zane ‘No esta tan mal…ella…bueno… ¡Tiene unas tetas!’ No pudo evitar no reírse, por tener aquellos pensamientos. Tocaron la puerta. Zane se sentó más recto. -          Adelante –dijo Zane La secretaria de Zane, entro. -          La señorita George, esta lista para la entrevista –dijo -          Perfecto, hazla pasar –dijo Zane Andrea entro a paso firme a la oficina, pero cuando vio a Zane, se le fue el tacón, la secretaria la tomo del brazo ayudándola a que no se cayera. Zane oculto lo mas que pudo su sonrisa. -          ¿Se encuentra bien, señorita George? –pregunto Zane -          Eh…eh…si…si –dijo Zane sonrió y se levanto de su silla. -          Ya puedes irte –le dijo a su secretaria Su secretaria asintió y se fue. Zane tomo el brazo de Andrea. -          Ven y siéntate –dijo Zane Andrea asintió y sentó en la silla que estaba enfrente del escritorio de Zane. Zane se sentó en su silla. -          ¿Nerviosa? –pregunto Zane -          ¿Por qué no me dijo que usted era… -          ¿El jefe y dueño? -          Si –asintió Andrea -          Me dio pereza –sonrió Zane Andrea se quedo con la boca abierta. -          No te preocupes –dijo Zane –me has caído muy bien, estas contratada -          ¿Qué? -          ¡Sí! -          Pero… -          ¿Quieres el trabajo o no? -          ¡Sí! -          Entonces ya estas contratada –dijo Zane -          ¿Ok? –dijo -          No dudes -          ¿Perdón? -          ¿Condón? No, me gusta a lo libre –le guiño Andrea se quedo con la boca abierta. Zane se carcajeo. -          Ve con mi secretaria, pídele mi agenda y revisa lo de hoy –dijo Zane -          Si, Sr. Maine –dijo Andrea y se levanto -          Por cierto, ten cuidado con tus tacones –dijo Zane –si no puedes usarlos puedes venir con tenis Andrea asintió. -          Perdón es…cuando… Zane rio. -          Ve por mi agenda –le sonrió Zane Andrea asintió y camino hasta la puerta, la abrió y salió. Zane rio para él y subió los pies a su escritorio. ‘Esto será realmente divertido’ pensó Zane con una gran sonrisa A los minutos la puerta se abrió y Zane se encontraba en la computadora, terminando unas formulas que había dejado incompletas el día anterior. Andrea entro con la agenda de Zane y se paro frente al escritorio. -          Su tarde esta libre –dijo Andrea -          ¿Enserio? -          Si –dijo Andrea -          Genial, podre ir por Noah –sonrió Zane Andrea asintió, aunque no sabía quién era Noah, pero no preguntaría, seria meterse en la vida privada del jefe y eso está totalmente prohibido. Zane volteo a verla. -          ¿Te gustaría salir conmigo? –sonrió Zane -          ¿Para eso me ah contratado, Sr. Maine? –pregunto Andrea Zane negó con su cabeza. -          No me lo tome a mal, Srita. George –dijo Zane –se ve que es una mujer bastante astuta y dedicada, me gustara o no, de igual forma la hubiera contratado, es más si no la hubiera contratado de igual forma la hubiera invitado a salir -          ¿Ah sí? –dijo -          Si –asintió Zane –así que… ¿Qué dice? –sonrió -          No lo sé, usted es mi jefe y… -          ¿Y? -          No podemos salir -          Pero yo se que quieres –sonrió Zane Andrea trato de esconder su sonrisa, pero no lo logro. -          Puede ser cuando puedas –dijo Zane –y cuando ese día mi agenda este libre –le guiño un ojo –hay me avisas Andrea sonrió levemente. -          Claro –sonrió
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