Clara Observó el maldito banner y las palabras en rojo, las bocinas suenan y sé que me tengo que mover, pero quiero matarlo, voy a matarlo. Presto atención a la calle y busco un lugar en donde estacionarme, mi cabeza baraja millones de opciones una de esas es acabar con su maldito, exuberante e inhumano artefacto, porque esas medidas no deben ser normales, nada de él lo era. Maldito, sexy y mujeriego Andrew Miller. Tomó aire una, dos, tres veces y lo suelto, trato de controlarme, pensar en algo antes de insultarlo en todos los idiomas que conozco, quizás podría llamarlo, hablar en arameo, mandarlo a donde Dios lo creó y luego escuchar su explicación, o podría volar donde esté y torturarlo de todas las formas posibles, cortar sus pelotas, atar su pene a una roca y tirarla, usar cada una