Narra Alejandro. Después de recibir ese golpe, traté de no exaltarme, ese hombre había llegado muy enojado. —Ni tienes derecho a pegarme— Dije muy con tranquilidad. —Estoy seguro que Valeria está en esta situación por tu culpa, no entiendo cómo puedes manejar, entiendo qué hay vehículos que se preparan para personas como tú pero no deberían de existir—Arremetió Timmy. —Usted está hablando cosas sin sentido, mejor cállese o baje la voz, estamos en un hospital— Respondí tragándome todo el enojo que llevaba dentro. Ponerme a su altura sería darle la razón, aunque quizás la tenga. —Un maldito lisiado no puede andar como una gente normal en la calle, usted debería estar oculto en su cueva. Un discapacitado como usted no merece estar libre como una persona como yo. —¡Ya basta de insultos!