Capítulo ocho.

999 Words
Por fin ya era sábado y no había alarmas para despertarme temprano. Era el mediodía y me encontraba en pijamas, almorzando pizza en el sofá, mientras miraba la televisión. La semana había pasado bastante rápido. Lo único que me ponía feliz, era que en menos de dos meses tendríamos vacaciones. Estaba harta ya de tanta presión y proyectos. Necesitaba descansar. Suspire al recordar que hoy era la gran fiesta del año, según mis amigas. Mis ganas de ir allí eran nulas. No quería pasar la misma vergüenza que pase la salida pasada. Con tan solo recordarlo, quería dispararme 5 veces por haber sido tan idiota. Me levante del sofá, arrastrando mis pies y me dirigí a llevar mi plato hacia el fregadero. Abrí el grifo y lo lave. Cuando termine, lo seque con la toalla de cocina y escuche la puerta principal. -¿Thea?.-grito mi madre, mientras entraba con sus bolsas de las compras. -Hola mama.-le sonreí y le ayude con las cosas. -Pensé que todavía seguirías en la cama.-suspiro mientras acomodábamos las cosas en refrigerador-  -No, he querido comer algo. -le dije mientras dejaba una bolsa de nachos en la lacena.- -Bien entonces.-termino de acomodar y me miro con una sonrisa-  La mire extrañada. ¿A esta mujer que le ocurría?.- ¿porque me miras así?  -Hoy es la fiesta, ¿cierto?.-dicho eso, asentí y se dedico a continuar- Cámbiate que nos vamos -¿A donde iremos?.-le pregunte curiosa. Cada día estaba mucho mas extraña. -Iremos de compras-sonrió- ¡Quiero que vayas a esa fiesta deslumbrante!.-y dicho eso, subió las escaleras y entro en la ducha-  Mi madre no era una de las típicas madres que se quedan en sus casas, que las retan con tan solo pedir un vestido, o que no quieren que sus hijas salgan a fiestas al sur de California. Para sonar sincera, ella salia a discos con sus amigas y tenia que admitir que era mucho mas fiestera que yo.   Tenia un cuerpo deslumbrante. Era delgada y esbelta, al igual que yo. Tenia los muslos bien marcados, como también sus glúteos. Ojos verdes, y cabello n***o largo hasta la cintura. Era la mujer que todo hombre quisiera. Yo había sacado algunas cosas parecidas a ella. Como por ejemplo, la misma silueta, el mismo largor de cabello, y sobre todo los mismos gustos. Todo lo demás, era igual a mi padre. -¡Thea, cámbiate mujer!.-me grito mi madre desde arriba y sin dudarlo, subí corriendo a vestirme.  Escogí unos jeans blancos, junto con una blusa color fucsia apretada al cuerpo, dejando ver un poco de mi escote y me coloque mis new balance. Hice un moño con mi cabello, dejando mi flequillo a los costados. Coloque un poco de perfume en mi cuello y baje rápidamente.  En cuanto estuvimos las dos listas, nos subimos a su coche y nos dirigimos al centro comercial.  Mi madre tenia razón y por una parte, quería verme por una vez en mi vida, diferente. No se porque tuve la duda de si Adam iría a esa fiesta. Algo en mi protestaba por querer verlo. ¿Que era lo que me estaba ocurriendo?  Sacando mis pensamientos afuera, llegamos y apenas entramos hacia el gran centro, nos dedicamos a recorrer todos los negocios. 9:00 pm. Me había dado un baño, fregando el jabón sobre mi cuerpo dejando un aroma a limpio .Peine mi cabello y comencé a maquillarme.                                                                                      Era un desastre con esas cosas, por eso optaba a ponerme mi pijama y al terminar, vestirme.  Coloque un poco de base, corrector y un polvo translucido. Levante mis pestañas con el rimel y le di a mis labios un color carmín. En cuanto termine, me dirigí hacia mi cuarto a vestirme.  Al final, después de tantas quejas, encontré el conjunto perfecto. Era un short tiro alto dorado con lentejuelas muy finas, que me contorneaba a la perfección mi cintura, junto con un top n***o sin mangas, donde se dejaba ver mis hombros al desnudo. Hoy quería que sea mi noche. Me coloque unas sandalias negras, con un poco de tacón y cuando me decidí a estar lista,tome mi bolso y  baje las escaleras. Escuche un chiflo desde la sala y la mire a mi madre, dándole una risa divertida.  -¿Como me veo?.-le pregunte mientras daba una vuelta-  -Estas preciosa, hija.-me dio una sonrisa.- Mataras a todos los hombres esta noche, tenlo por echo.-y le sonreí a cambio, dándole un abrazo. Luego de unos minutos, me encontraba conduciendo junto con Kila y Lila en mi auto hacia el lugar indicado, con la música a todo volumen.  Observe a Lila disimuladamente y sonreí. Realmente estaba preciosa, estaba irreconocible. Llevaba puesto un vestido azul Francia, apretado al cuerpo con escote en v dejando ver algo mas. Por muy nerd que fuera, Lila tenia el cuerpo envidiable para otras. Se había quitado sus gafas, dejando apreciar sus ojos verdes. Si realmente quería dejar bobo a uno de los chicos, lo haría sin duda. Kila estaba bonita también. Ella siempre se hacia notar entre todas las demás. Tenia puesto un entero color rosa chicle, donde se dejaba ver sus piernas bien formadas. Ella practicaba desde pequeña Volleyball, por lo que había sacado bastante ventaja con sus piernas y glúteos. Sonreí al pensar que hoy seria nuestra noche. Apenas llegamos a la gran fiesta, hicimos la cola y en menos de cincos minutos, habíamos entrado. Estaba repleto de gente. Algunas bebiendo, otras ya ebrias.  Busque entre la gente, cuando sentí unos ojos penetrantes sobre mi e instantáneamente  nuestras miradas conectaron como imanes. Ahí estaba el. Estaba sentado en unos sofás, junto con todo su grupo de amigos. Estaba realmente guapísimo. Llevaba unos jeans negros, junto con una camisa blanca donde tenia los tres primeros botones desabrochados. Su cabello n***o estaba tirado hacia atrás, pero despeinado, dándole un toque mas de informal. No le saque la mirada de encima, hasta que Lisa se sentó en sus piernas y el contacto visual se esfumo.
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