Adam conducía a una velocidad prohibida, sobre la carretera. El viento frio chocaba contra mi piel desnuda y la hacia erizar. Me sentía mareada, seguramente era debido al alcohol. Lo único que quería era estar en mi cama en estos momentos, no en una moto, junto a Adam y tratando de escapar de unos tipos que ni siquiera sabia quienes eran. Mi cabeza daba vueltas, mas y mas dudas me surgían. ¿En que rayos se metió?. Ahora es cuando me daba cuenta que no conocía a Adam, para nada. Y esta vez me había involucrado a mi. Tenia que avisarle a las mis amigas donde estaba. Mi madre iba a matarme si no llegaba a la hora acordada y había dejado mi auto estacionado en esa fiesta. Suspire negando levemente con mi cabeza. Maldita sea la hora en la que Nicolás me había dejado a solas con Adam. Maldig