Capítulo 30: Horace
Horace se despertó con una mamada. Abrió los ojos, se sintió increíble, apoyó su cabeza otra vez sobre la almohada y disfrutó del momento.
El pelo de Lasci rozaba sus partes privadas mientras ella se balanceaba hacia arriba y hacia abajo, chupándole la polla y sorbiéndosela por todas partes. La noche había sido increíble, tal vez el mejor sexo que haya tenido nunca. Luego lo hicieron de nuevo, esta vez sin preocuparse por ser escuchados ni nada. Horace estaba preocupado por Desidia. Ella le había dado permiso para hacer esto, pero él no quería restregárselo. Una cosa es decir «adelante», y otra escuchar a tu pareja s****l haciendo chirriar la cama de al lado.
Por supuesto, como todos los pensamientos de su mente, Lasci los hizo desaparecer. Para la segunda vez tenía
