—Eso suena delicioso. —Se muerde el labio y lo ve con perversidad dándole más ganas a Alessandro. Él apaga la cocina y sale de ella para acercarse a Sam, la toma por la cintura y la voltea para verse cara a cara, pasea sus manos por su cuerpo hasta llegar a su cuello, deja una mano en su nuca y la otra la baje nuevamente a su cintura. Ale junta sus labios y sujeta con sus dientes el mismo labio que ella estaba mordiendo hace un momento, se besan al compás comiéndose entre ellos. Él tira de su camisa que quedaba bien en ella, lo consideraba sexy. El sonido de una puerta abriéndose los sorprende haciendo que ambos se separaran al instante. —¡Llegué Ale! —Anuncia una voz femenina muy entusiasmada. Sam se avergüenza porque la chica estaba a punto de verlos en acción, agradece que aún están