La misma mañana Ámsterdam Alessia Dicen que el amor no entiende de razas, de color de piel, de creencias, de estatus sociales, nada importa cuando a tu puerta llega ese sentimiento inexplicable, porque el corazón no elige a quién amar, solo sucede, pero en mi caso nunca vi a Mustafá como un príncipe, pues era un niño, un adolescente, normal, sencillo, humilde, que disfrutaba de las pequeñas cosas, y lo sigue siendo, y es una de las cualidades que admiro, que me encantan de él. Sin embargo, este hombre delante de mí acaba de recordarme lo que siempre he sabido, mi novio tiene responsabilidades que cumplir, porque se debe a su país, a su pueblo, es un príncipe y nada puede cambiarlo, aunque jamás le pediría a Mustafá que abandone su destino, y allí de nuevo está nuestra realidad, somos de