Adiel. Nos besamos con desespero, esta encima mío aun con algo de ropa, pero aun asi mis manos parecen pulpo por todos lados apretándola, mis manos tiemblan y queman al recorrer su piel, sus carnes carnosas, abundantes, tiernas, una delicia de mujer. Nos giro poniéndome arriba, me arrodillo bajándome el bóxer, le bajo la bombacha y ella se saca la remera sonriendo. —Mmmjjj, quiero esos pechos. —me inclino bajándole la copa del corpiño chupando sus pezones oscuros y pequeños—. Son una delicia. —Aaaggg, baja un poco mas. —me agarra la polla guiándome a su interior—. Ooojjj mi señor. —Calma, no te muevas espera a adaptarte. —me apoyo arriba de ella sonriendo, le voy besando la mandíbula y después sus pechos de nuevo. —Mmmjjj, los tengo sensibles. —Mucho mejor. —paso al otro sintiendo l