Veo un hombre muy atractivo de unos cuarenta años, es alto, cabello rubio cenizo, tiene una barba muy corta, pero que lo hace ver muy interesante, está vestido de forma casual, pero elegante. Me causa curiosidad encontrarme a alguien en este lugar, ya que al parecer es un pueblo muy solitario y desde que llegué a este pequeño restaurante no me he cruzado con nadie… la única persona que había visto es una señora tras el mostrador. El hombre observa con admiración mi auto y después de terminar de darle la vuelta bajo una mirada evaluadora, camina hacia donde me encuentro y extiende su mano para saludarme. —Mucho gusto, mi nombre es Steve Murphy— dice amable. —Es un gusto, me llamo Alessandra Wallace— contesto apretando su mano. —Oh, como los Wallace de Las Vegas— comenta gracio