Los nervios me están comiendo viva mientras entramos a la casa donde esperan a Alessandro. La mano de este, me da un ligero apretón. Miro su rostro y una máscara de serenidad cubre la misma. Delante de nosotros. Brisa, parlotea sobre una noche de chicas y no sé que otras cosas que, en realidad, no estoy escuchando porque mi mirada se centra al frente del salón donde hay varias personas reunidas. —Buenos días, familia —espeta Alessandro en tono animado. En el salón hay tres personas esperando. Un hombre mayor, junto a uno mucho más joven y una mujer. El primero es alto y de aspecto algo atemorizante. Su cabello n***o está salpicado de blanco y sus facciones son duras, resaltando sus ojos marrones. El segundo, es más joven. Viste de manera informal con vaqueros y una polera ajustada,