—No te haría daño, no temas de mí, nunca más vuelvas a pensar eso, jamás te fallaría, no olvides eso, Melania —tomo mis manos en las cuales planto un beso como si quisiera hacerlo en otra parte de mí, aunando a eso también me contemplo por unos segundos para luego salir de la oficina. Teniendo presente esa confirmación que había dado, quedaba más tranquila, pudiendo detallar con detenimiento cada espacio del lugar, quedando impresionada por una foto de mí en tamaño gigante, asi como otras más que estaban organizadas en una especie de galería que albergaba la pared, pudiendo comprobar que en ellas aparecían nuestros gemelos y también ambos. Al contemplarlas sentía que antes las había visto, sin embargo no recordaba con exactitud. Aproximándome al escritorio me percataba que el móv