—No menciones a ese maldito, tú no sabes nada de mí niña rica, quizás lo tuviste todo y quien sabe porque te dejaron aquí, así que no vuelvas a repetir eso, Kitty
—Para de llamarme así, no es mi nombre —grite enojada, todo esto de estar aquí me enfermaba
—Pues así te llamaras cariño mientras estés aquí, cosa que será mucho tiempo, porque nadie vendrá por ti ¿Me escuchaste? Nadie sale de aquí, al menos no con vida —respondió para bajar de la tarima en la cual ensayaba conmigo.
De mis ojos solo rodaron gruesas lágrimas por no entender porque ese hombre me trajo aquí y de quien se quería vengar. El no recordar nada no me ayudaba.
Más tarde, la noche empezó y con ello el lugar se volvió muy bullicioso. Había licor, hombres ebrios, luces intermitentes, música muy alta, chicas con muy poc
