—¡Oh! desde luego, no quieres que te vea de esa manera todavía, lo entiendo, me retiro —refirió para salir y con ello cerrar la habitación. Su actitud me pareció tan cortes y comprensible que me sentí muy bien de que pudiera entender, por ello sin más demora empecé a desvestirme para entrar a la ducha y darme ese merecido baño que tanto anhelaba. En vista de la poca higiene que había en el lugar donde nos tenían prácticamente cautivas se me hacía difícil usar los baños, ya que se encontraban en pésimas condiciones, destacando lo horrible y asqueroso que estaban, por esto cada vez que me tocaba usarlos padecía, de la misma manera que lo hacía estando en esos lugares. Encontrándome bajo esa caída de agua que brotaba de la ducha pretendía poder sentirme en calma, asi como también ale