—No diré nada y menos sobre él, quiero seguir viviendo, no tienen idea el poder de ese sujeto. Melania hubiese aceptado ir con él ya que cuando aparezca de nuevo lo lamentara y no se portara tan tranquilo como la última vez. Pierre habiéndolo escuchado se enfureció, a tal magnitud que perdió el control, aunque intentaba detenerlo fue en vano, accedió en la sala para seguidamente tomar a Giorgio por el cuello de la ajustada camisa que portaba, llevándolo de esa forma a una de las esquinas del lugar. —¿De qué rayos hablas, maldito? ¿Porque te atreves a amenazarla? por tu culpa y del resto mi esposa sufrió todas esas aberraciones que ustedes ven como normales—tras esas palabras lo azotaba contra la pared en repetidas veces—. Mi esposa es muy valiosa para haber estado en tu mugroso bar y t