—De acuerdo, déjame hacer unas llamadas —contestaba Franco con el teléfono en mano
—¿Qué ocurre? —inquiría Clara
—¿Y los investigadores? ¿Dónde están?
—Se retiraron con los reporteros, mencionaron que seguirían la investigación y vendrán mañana temprano. Los medios televisivos y digitales me aseguraron de que la noticia la darían en unas horas
—Me parece bien, pero los investigadores son unos incompetentes. Melania está en peligro y nosotros aquí sin poder hacer nada —tras mencionar esas palabras pasaba la mano por su cabello, reflejando en su acción la exaltación que todavía lo invadía
—Pierre, la encontraremos, estoy segura de que Melania hará lo que sea para tratar de que no le hagan daño, la conozco y tú también. Sabes perfectamente lo valiente que es —aunque Clara refiriera esas palabras, la angustia y la tristeza también la acompañaban.
Pierre solo negaba con la cabeza mientras daba pasos nerviosos en toda el área de la sala de estar donde se encontraban en ese momento.
—Se dónde está Christian, Pierre, me acaban de dar su ubicación —exclamo Franco repentinamente
—Entonces, vamos, acompáñame. Clara, por favor infórmales a los padres de Melania sobre todo lo que ha sucedido, que cuiden muy bien de los gemelos —enfatizaba Pierre antes de salir del lugar
—Pero… y ustedes... —ante la duda de a donde se dirigían solo podía observar cómo se marchaban a toda prisa.
Tras haber bajado los escalones de la propiedad se dirigieron sin demora al garaje por el auto que los llevaría. Franco por su parte tras haber escogido el vehículo en cuestión se ubicó en la puerta del conductor.
—Pierre, yo conduzco, estas muy exaltado para hacerlo.
Este ante esa petición de su amigo accedió. Posteriormente con la rapidez del vehículo que habían seleccionado llegaron a uno de los hoteles de lujo de París, lugar donde se encontraba alojado Christian.
Estando allí y tras haber accedido a la recepción solicitaron su presencia, al saber la identidad de quienes lo buscaban rápidamente se comunicaron a la habitación donde este se encontraba. Minutos más tarde su manager se encargó de bajar. Al llegar al lobbie pregunto que deseaban con su cliente.
—¿Donde esta Christian? —Pregunto Pierre, omitiendo los protocolos de cortesía
—Está descansando en estos momentos, además, no me han respondido que quieren con el
—Él lo sabe perfectamente, y mejor que baje, de lo contrario subiré por el —el argumento de Pierre al ser de esa manera pretendía llegar a intimidarlo
—Espera, Pierre, así no lograras nada —intervino Franco tomándolo del brazo para alejarlo del manager
—Déjame hablar a mí, por favor.
Mientras Franco trataba de apaciguar el temperamento de Pierre, por otro lado el manager los veía con desconfianza, reflejando su sentir a través del ceño fruncido que enmarcaba en su entrecejo y los brazos que mantenía cruzados.