“Toda dificultad eludida se convertirá más tarde en un fantasma que perturbará nuestro reposo.”
Frédéric Chopin
—Eres realmente hermosa, Ariadna. —dijo él, acariciando su rostro con ternura.
Ella sonrió, tomó la mano de él, y la condujo por donde quería sentirla, de sus mejillas a su cuello, de su cuello a su pecho. Akran se detuvo y dejó que sus dedos largos siguieran las curvas de sus redondeados senos. Lentamente se coló entre el escote y sus dedos rozaron sus pezones, mientras ella, lo observaba y mordía su labio inferior.
El contacto visual entre ellos se mantuvo mientras él exploraba su cuerpo, apenas él apretó con suavidad y firmeza sus pechos, ella dejó escapar un gemido intensamente breve.
—¡Ah!
Akran sonrió y volvió a repetir aquel movimiento. Entonces ella también dejó q
