- ¡Hopkins! – volteo rápidamente consiguiéndome a Burges caminando hacia mí como si pretendiera pasarme por encima. Frunzo el ceño. - ¿Qué pasó? – puede que haya sido algo brusca, estoy dirigiéndome a mi jefe, el hombre que tiene poder sobre si mi cabeza rueda o no, pero son las nueve de la noche y he trabajado sin parar desde las ocho de la mañana. - ¡Te dije que te fueras a casa! – ah, recordé estoy molesta con él por ser tan grosero botándome del hospital como si fuese innecesaria y solo estorbase. - Lo haría si llegara la persona que cubrirá mi turno, mientras, no puedo dejar a mis pacientes sin atención – tengo a un par de niños con influencia, una mujer mayor con una peste bastante preocupante y un hombre inconsciente por un golpe en la cabeza. Necesito estar pendiente por si em