V

2319 Words
- Llegas tarde – es lo primero que escucha la morena una vez ya está cambiada con su uniforme, lo que la pone tensa por un momento, hasta que cae en cuenta que esa voz es cantarina, aguda y hasta un poco armoniosa. Pero jamás admitiría que algo de Jessica no es algo más que irritante. - Ya cállate ¿sí? – rueda los ojos volteándose y atrapando entre sus brazos a Violett. Nunca fue alguien de demostrar tanto afecto físico, pero esa preciosa mujer bajita y llena de curvas grita para ser abrazada. Es adorable y no importa que tan cerrado tenga el corazón, nunca podría no abrazarla o hacerle un desplante a la preciosa Letty. Ni Jess, que es un culo amargado la mayor parte del tiempo, se puede resistir a Letty y su adorable rostro. Ella es el núcleo de esa amistad. Sí, Jess y Elle se quieren, se apoyan y todas las demás cursilerías entre amistades reales, pero si no fuese por Violett, esas dos ni siquiera se viesen los rostros. Incluso la primera vez que hablaron fue para discutir porque la rubia había empujado a Violett sin querer y Gabrielle por un momento pensó en saltarle encima a la Barbie antipática, solo no lo hizo porque se disculpó e igual no se salvó de unos buenos insultos. En fin, mientras todo es amor, rosas y abrazos con la más baja, la morena y la Barbie humana tienen una amistad un poco más de insultos y golpes, eso sí, todo con cariño. - ¿Pasó algo anoche? No avisaste cuando llegaste y me asuste un poco - ¿y es que como no querer a esa mujer tan linda y dulce? - Tuve un pequeño problema y luego me metí al baño, saben cómo soy en mis baños – las tres comienzan a caminar juntas hacia la entrada de emergencias, en donde se quedará solo una. - Sí, podría jurar que esa bañera te ha sacado más gemidos que cualquier hombre – mientras que la pequeña Violett se sonroja, las otras dos se ríen ante las palabras de la rubia. - Puede ser, no voy a negarlo – antes de llegar, Letty se detiene abruptamente y se esconde detrás de la espalda de la morena, quien frunce el ceño al ver a uno de los compañeros que tendrán turno con ella hoy. No, ese hombre no le agrada, pero a la linda Violett le encanta más de la cuenta. - Ahí está Bruce – Elle voltea hacia Jessica, que luce igual de molesta que ella. Ambas han intentado hacerle ver que no es un buen hombre, pero Letty luce tan dulce e ilusionada, que decidieron darle el beneficio de la duda, además que mientras ella no se declare, dudan que pase algo y eso las tiene medianamente más tranquilas. Ese hombre es más del tipo que le gusta picar de mujer en mujer y jamás tiene nada serio, es obvio que él le rompería el corazón a la linda Violett y ambas se niegan a permitirlo. - Mejor nos quedamos hasta aquí y ustedes vayan a donde sea que tienen que ir – la morena voltea a enfrentar a sus amigas y le sonríe con ternura a la más baja. - Ten un lindo día – la Barbie besa su mejilla y espera a que la más baja haga lo mismo antes de enganchar sus brazos para impedir que se quede viendo a Bruce como una tonta adolescente enamorada, tal y como siempre hace cuando el castaño aparece en su rango de visión. Él no la merece y esperan que ella logre superarlo pronto, aunque ya ha pasado un año desde que empezó a admirarlo a la distancia. Rodando los ojos, Gabrielle sigue su camino hasta el jefe, Jason Burges, un hombre en sus cincuenta, gran médico, especialista en traumatología y varias especialidades más, un ejemplo a seguir y alguien bastante estricto, además de, palabras textuales de Jessica, un molesto grano en el culo. Es un tipo admirable, claro que sí, ha salvado muchísimas vidas, pero, es alguien amargado que no le cuesta darles turnos de más de veinticuatro horas a sus pasantes o doctores a cargo. - Hopkins, tarde – es lo primero que dice manteniendo la vista en su portapapeles. - Lo siento, no volverá a ocurrir – dice con desgano. Solo llegó diez minutos tarde y la quieren colgar por eso. - Pacientes pudieron haber muerto por esa impuntualidad – Elle se resiste a rodar los ojos y soltar algún comentario sarcástico, si lo hace molestar más de la cuenta, le dará los casos más desagradables y nada interesantes. - Entonces gracias a los compañeros que esperaron esos diez minutos por mí – apretando los labios, Burges levanta la mirada y se queda observando a la joven. Para sus veintiocho, es una genio, él la reconoce, sabe que tiene talento y agradece que ella haya preferido trabajar en emergencias y no haber elegido alguna otra especialidad que la mantuviese alejada. Ella es uno de sus más grandes tesoros, pero también le preocupa que se convierta en un calco suyo, siempre trabajando sin darse la oportunidad de vivir. De igual modo, él no es su padre, solo su tutor. - Que no se repita, te encargarás de los cuatro últimos cubículos, les eche un vistazo y creo que dos de ellos son graves, si necesitas ayuda puedes decirme -  le pasa los cuatro casos a la morena que no se tarda en empezar a leer las planillas que fueron llenadas antes por el paciente o sus acompañantes. - ¿Cuáles son? ¿qué crees que tengan? – frunce el ceño leyendo síntomas, edades, alergias y padecimientos. - Dejaré que tu des con ellos, luego querré escuchar tus conclusiones – y sin más, se aleja, dejándola un poco irritada pero ansiosa. Le gusta cuando le ponen este tipo de retos, siente que la están subestimando, y ella ama sorprenderlos, demostrar que no es solo una cara bonita. **** - Buenas noches, encanto – suelta el gran hombre marcando cada vez más su acento, Gabrielle no tiene idea de porqué lo hace si cuando lo conoció no hablaba así, pero como le parece atractivo no ve porque pedirle que pare o algo. - Buenas noches ¿Cómo siguen tus heridas? – le da un rápido vistazo al hombre, preguntándose como mierda hace para parecerse a un modelo posando sin importar como se deje caer. Dmitry era todo un espectáculo que ver, un hombre que fácilmente llega a los dos metros, músculos tan definidos que podría usarlo para estudiar la anatomía de estos, y una atractiva barba que lo hacía ver enigmático. Ni que mencionar de esos ojos dorados que la siguen felinamente, como si estudiara cada uno de sus pasos cuidadosamente para actuar de acuerdo con estos, es un poco intimidante. - Bien ¿a ti como te fue hoy? – dejando de prestarle atención al mastodonte, se saca todo lo que lleva encima y va a la cocina en búsqueda de jugo que le dé un poco de energía después de un día tan agotador. Preferiría un vino, pero ya se le acabó. Nota mental para agregarlo en las compras rápidas del día siguiente, al menos esta vez no olvidó sus esencias y jabones, finalmente tendría ese baño con lavanda. - Como siempre. Me alegra saber que no vaciaste mi casa – vuelve a acercarse a las pocas bolsas que trajo consigo y le pasa el teléfono desechable que compró en la tienda – Toma, un premio por obediencia, buen chico – deja el objeto en su mano, acaricia levemente su cabello, y sigue de largo a su baño. Hoy le apetece bañarse escuchando un poco de música, no quiere pensar en nada. - ¿No preguntarás por qué lo necesito? – cuestiona frunciendo un poco el ceño y caminando atrás de la encantadora morena. Antes pensó que era astuta y nada ingenua, pero luego de pensar detenidamente desde el punto de vista de Elle, le preocupa un poco. Él pudo haberla matado mientras dormía, deshacerse de su cuerpo o hacer cualquier clase de morbosidad, él pudo haber sido un monstruo, no lo conoce, y un así ahí está, incluso le trajo lo que pidió. ¿Es que no tiene ni un poco de auto preservación? ¿a cuantos más ha metido en su casa de esa misma forma que a él? - ¿Tú me lo dirás? ¿también me dirás que pasó para que terminaras en ese estado cuando una noche antes te vi perfectamente bien? – cuestiona arqueando una ceja hacia él. En un momento, Dmitry aprieta los labios. No lo haría, entre más sepa más en peligro estará, pero siendo justos, se lo debe después de todo lo que ha hecho por él. Además, lo que realmente lo impresiona es el poco cuidado que ella está teniendo. - ¿Y no te preocupa que yo pueda hacerte algo? Fácilmente podría derribarte y hacer lo que quiera – por supuesto que ella lo ha pensado, pero considerando que ya una vez se subió en su auto sin conocerlo arriesgándose a que la secuestre y no lo hizo, está más tranquila. - Cuando te conocí no sabía ni tu nombre e igual me arriesgue a irme contigo, la vida se basa en riesgos y yo decido cual tomar y cual no, además, estabas herido, no importa quien sea, si alguien lo está, yo ayudaré – se encoje de hombros y cuando ya tiene en la mano su ropa de cambio y la toalla, vuelve a voltearse a Dmitry, que todavía la observa cuidadosamente, estudiándola. >> Me meteré a bañar ¿necesitas algo ya o puede esperar? – pregunta tranquilamente la morena ignorando la mirada del hombre. Parece distinto a cuando lo dejó; en la mañana era más coqueto, sabía que algo lo preocupaba, pero estaba aparentando frente a ella, ahora es como si sospechara hasta de su sombra. - ¿Puedo confiar en ti? – puede ser muy rebuscado pensar que ella es una espía de su tío, una hermosa morena puesta en el lugar y momento oportuno para distraerlo y luego mantenerlo amablemente cautivo para luego acabar con él y con sus hermanos. Sí, puede que se esté excediendo, pero Dmitry siempre estudiará todas y cada una de las alternativas antes de decidir qué hacer a continuación, él no irá jugando y tanteando poniendo las cosas a la suerte. Tiene personas que proteger, y aunque la hermosa morena lo ha ayudado y le ha hecho pasar un buen rato, si tiene que acabar con ella, lo hará sin pensarlo dos veces. Hay prioridades y un dulce coño no es una de ellas. Todas sus dudas parecen pasar por sus ojos al momento en el que la morena conecta su mirada oscura con la gatuna del gran ruso frente a ella. Elle ha vivido situaciones similares, recuerda como su hermano parecía estar en un conflicto interno antes de tomar malas decisiones. Espera que al menos esta vez, el hombre frente a ella sea un poco más inteligente o que al menos no la involucre, solo quiere curar sus heridas, no meterse en su mierda. - Solo tú puedes decidir eso – es lo único que dice antes de meterse en el baño, encerrarse ahí e inmediatamente poner una de sus canciones favoritas. Está agotada y quiere darse el tiempo que no se dio el día anterior, se lo merece y no dejará que un hombre inseguro venga a jodérselo. Así como él pudo haberla matado, ella también pudo haberlo hecho, no solo Elle estuvo vulnerable, Dmitry también. Dejando de darle más vueltas al asunto, sabiendo que igual no podrá concluir nada sin información confiable, se devuelve a la sala y toma el teléfono que le llevó la encantadora morena, anota los números que se sabe de memoria y espera. - ¿Quién? – Escucha una voz ronca escupiendo del otro lado. Rueda los ojos. - Soy yo – al otro lado, la línea queda en silencio – Necesito información sobre Gabrielle Hopkins – dice sosteniendo con su mano libre la tarjeta de identidad de la morena. - Pensamos que estabas muerto ¿y lo primero que me pides es información sobre un coño? – masculla la otra persona con evidente irritación en la voz. - Tu calla y solo has lo que te digo, te llamaré mañana temprano para que me des respuesta y después de eso podremos hablar – luego de haber revisado el bolso de la mujer, deja todo como lo encontró y vuelve a sentarse en el mueble manchado de su sangre. - No, tu calla ¿sabes cómo la hemos pasado y apenas te dignas a llamar y es solo para esto? Eres un cabrón, y si me entero que te desapareciste por follar voy a castrarte – Dmitry frunce el ceño. No va a permitir que nadie le hable así, mucho menos ese mocoso de mierda. - Te dije lo que tenías que hacer, Viktor, ahora solo callas tu culo y obedecerás, te marco mañana a las seis y que nadie sepa que te llamé, tampoco le digas a los demás – y sin esperar más, cuelga. Su hermano menor es definitivamente un grano en el culo, lo más sensato hubiese sido llamar a Nikolai, pero sabiendo que es a quien Vitaliy le pondría mayor vigilancia luego de supuestamente matarlo, no tuvo otra opción. Solo espera que Viktor no sea tan imprudente como siempre es y haga lo que le pidió, o tendrá que acudir a Ekaterina y todo podría irse a la mierda. Ama a sus hermanos, pero los dos menores son más de actuar que de pensar, y si quiere cobrar su venganza, tienen que evaluar muy bien varias cosas, esto no es un juego de niños, ellos dejaron de serlo hace muchos años atrás.
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