Capítulo 4

1344 Words
Es la tercera vez que me quemo la mano. Agarro la bandeja llena de comida y la tiro en la mesa como si no hubiera estado tres horas preparándola. Un golpe brusco se oye al hacerlo y Andy viene corriendo hacia mí.  Le doy una sonrisa forzada y me acerco a la mesa, sacó una silla y me siento en ella. Desde ayer tengo muchas ganas de quedarme en cama invernando un año. —Mami ¿estás bien? —Pregunta Andy y me toca la mano. Yo lo agarro y lo pongo en mi regazo, abrazándolo.  —Si, solo cansada, cariño —Le murmuró en su oreja. Hace mucho no me siento tan estresada... En realidad, estoy de mal humor. MUY MAL HUMOR. Kyle lo noto anoche cuando quiso abrazarme y yo como reflejo lo aparte. Él no dijo nada y se dio la vuelta. Esta mañana, entendiéndome, me dio un casto beso y se encerró en su estudio.  Yo me sentí como una mierda y no solo por Kyle y el intruso que estuvo anoche en mi sala. También por mi madre, Angel y Kelsey. Ninguna estuvo aquí para mí anoche cuando desperté. Me duele de forma inmensa que no me apoyaran ni me ayudaran para sacar al idiota que vino anoche por pelea. Angel, vive a tan solo cuadras de distancia y mi madre... En vez de quedarse con su hija, descompuesta, se fue con su esposo a un maldito crucero ¿qué clase de madre hace eso? ¡Ah! Y para sumarle más al asunto, hoy estoy segura de que llamará y me dirá las mil y unas por arruinar su perfecta boda. Y Kelsey... Sé por qué no estuvo aquí cuando desperté. Lo sé perfectamente. Lo que no entiendo es porque mi hizo esto a mí. Sabiendo toda la mierda que pase ella va y me clava una daga por la espalda. Ahora veo lo que Angel me decía... Que no crea en ella. Que no es buena persona. Tendría que haberle hecho caso. —¿Piensas que a Ales le gustara jugar con mis bloques? —Preguntó con los ojos iluminados.  Otra puta daga en la espalda. Incliné la cabeza en la espaldita de Andy y maldije en silencio —No lo sé, Andy —Trate de decir con toda la paciencia del mundo. Él no tiene la culpa de nada y lo sé.  —Pero tú lo conoces más que yo mami —Réplica y mi paciencia se va por los suelos —No lo conozco, Andy —Le digo y lo pongo en el piso. Sintiéndome culpable por mi acción hacia él, suelto un suspiro y le beso la cabeza.  Agarro los platos de la alacena y los pongo en la encimera. Después voy por los vasos y los cubiertos. Deben ser dos. Solo comerán Kyle y el idiota. Yo estaré enferma y acostada en mi cama, mientras que Andy estará jugando en la casa de un amigo, la madre de él me debía un favor. —Pero...  —Basta —Impuse. Lo miré y se me partió un poco el alma, pero no quiero hablar más de Alex.  —Es que mami, yo... —Sigue diciendo acercándose un poco más a mí. —Andy ve a tu habitación. No me siento bien, por favor obedece —Le digo poniendo mis manos sobre mis ojos y tratando de no gritar. Siento como él se va a paso lento hacia su habitación. Me odio por hablarle así, pero me duele. Tocaron varias veces la puerta y corrí esperando que fuera la madre del niño, pero cuando la abrí, quería volverla a cerrar al instante. —Hola...  La que se hacía llamar mi amiga está afuera de mi puerta. Kelsey sabe que lo sé solo por mi cara de MUY pocos amigos. —¿Puedo entrar? —Pregunta mirando sus pies. —No, no puedes —Me limito a responder. —Escucha Hel, iba a decírtelo, pero no pude —Su voz se rompía y no me miraba. —Kelsey, tú más que nadie sabes cómo sufrí, como llore, como grite cuando él me dejo y con su partida me dejó también a un bebé al cual tuve que crear yo, y junto a mi Kyle. Pudiste echarlo. Pudiste llamar a la policía. Pero solamente lo viste y te disté la vuelta como si no hubiera pasado nada —Dije rápido y herida. Me sentía mal. Ella era mi amiga, pensé que me quería, que significaba algo importante para ella nuestra amistad... pero no, ahora veo que nunca estuve más equivocada en mi vida. Corrección, si lo estuve. Estuve equivocada al confiar en gente que sabía de lejos que iba a terminar lastimándome. —No hice eso. Fui directo al cuarto donde estabas para decirte que está allí, pero... —¿Pero qué? —La puerta estaba entreabierta y te vi viéndote al espejo. Estabas hermosa pero no radiante. Tu cara no brillaba de alegría. Tu sonrisa era en todo momento forzado. Te daba igual casarte o no y eso no es lo que a las novias les sucede el día de su boda. Tendrías que llorar de alegría por saber que hoy es el día. No vi ninguna emoción pasar por tu rostro. —Tú no sabes nada de lo que yo sentía —Dije tirando ácido en mi voz y ella me mira directo a los ojos, como si la hubiera herido. —Oh, Helena. Créeme que te conozco mejor que nadie y sé que no estabas feliz. Te veía más feliz cuando llorabas sobre mi hombro hace seis años —Respondió secamente. —Yo amo a Kyle. Odio a Alex. Y te voy a odiar a ti también si eliges el bando equivocado —Me acerco un poco más a ella. Lo de bandos, sonó inmaduro, lo sé. Pero no tengo otra forma de llamarlo. —¿Esto se trata de una guerra? ¿Qué mierda estás diciendo? —Si, esta es una guerra. Él quiere a mi hijo y no lo obtendrá. Pelearé con garras y dientes por él. —Te quiero, y probablemente tú me odiaras por esto que diré, pero... Él tiene derecho. Cerré la puerta en su cara no queriendo escuchar más ¡¿EL TIENE DERECHO?! Él no tiene puñetero derecho de nada. —¡Helena! Sé que me escuchas y quería decirte que la razón por la cual no te dije que estaba allí es porque quiero volver a verte vivir, porque te guste o no nena, estás muerta o estás muriendo poco a poco. Amas a tu hijo y creo que Andy, es la única que hace que no mueras por completo. Hace unos segundos te vi con más vida que las veces que te vi en cinco o cuatro años. Tus ojos tenían brillo de lucha. Este brillo no es lo que buscaba, pero me conformo con algo que con nada. Te amo, Hel. Eres mi hermana y sé que entiendes lo que te digo. No quiero que vuelvas con Alex, porque sé que no es lo mejor y es muy poco probable que pase, pero quiero que termines con Kyle. Quiero que termines la universidad y dejes de trabajar en donde no te gusta. Quiero que seas feliz y Alex puede cambiarte y hacerte dar cuenta que no lo quieres, que nunca lo hiciste y de que no eres feliz... Cada palabra CASI llega a mi corazón, pero la burbuja que esta alrededor de él, hicieron que reboten y me importen un bledo. Soy feliz. Soy muy feliz. Siento como suelta un suspiro y apoya su cabeza en la puerta. —Helena, ya me tengo que ir de nuevo a Inglaterra. Te quiero mucho y llámame para darme la razón, porque sé que me la darás y una última cosa... Andy tiene derecho a conocer a su padre. Seguido a eso se va y yo no sé qué mierda pensar. Perdí mi paz, mi vida y a mi mejor amiga. Otra vez Alex, vuelve para arruinar todo.
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