Capítulo 1

1372 Words
Helena. —Eres la novia más hermosa del mundo. Me miro al espejo y suelto un suspiro de alivio, por fin termino esto. Mi mamá sonríe mirándome, tiene los ojos llorosos y una mano en mi espalda. Vuelvo a mirar a la chica con vestido de novia. Supuestamente soy yo, pero estoy irreconocible. No quería tanto maquillaje porque parezco un payaso, pero lo que sea para complacer a mi madre y que no le agarre un ataque de nervios. El vestido es de una sola pieza en color blanco y marfil. Escote corazón y cierre de corsé. Consta de un encaje con apliques y da un suave aspecto de brillo satinado. Adornado con bordado y pedrería en su frente corpiño, plegado debajo de la cintura con un lazo hecho a mano y abundantes niveles de tul que caen como cascadas por lo largo de la falda. Es una falda voluminosa, más para mí. Quería un vestido más simple. Pero es el vestido más complejo que vi en mi vida. Mi madre abuso con los gastos de la boda porque, sabía que todo iba a recaer en la familia de Kyle. —¿Estás nerviosa? —Pregunta ella acomodando mi pelo rubio. Si, ahora es rubio. A decir verdad, no estoy nerviosa. Es mi boda, se supone que debería estarlo, pero no lo estoy. Kyle fue mi novio en la adolescencia y me siento cómoda con él. Aunque pospuse mucho tiempo lo de la boda, quiero decir, hace cinco años volvimos juntos y desde hace tres quiere que nos casemos. Quería aceptar, pero una parte de mi gritaba que no lo hiciera, que esperara más tiempo, que no estaba preparada. Hace seis meses volvió a preguntarme. Dije que sí, y llore. Él pensó que eran lágrimas de emoción y por un momento yo también lo creí, pero no fue así. Sentía angustia y un nudo inmenso en mi estómago, que fue pasando a medida que pasaron los días, pero aún existe dentro de mí. El llanto se produjo al darme cuenta que debería resignarme a esta vida, pensé que podría llegar a ser más, pero no tengo posibilidad de cambiar nada de lo que soy ahora. Ya no soy joven y tengo otras responsabilidades. Kyle, es una persona maravillosa, y tengo mucha suerte en estar con una persona como él. Me quiso de nuevo aun sabiendo lo que me estaba pasando. Aun sabiendo que Andy estaba dentro de mí. —¡Mami! —Gritó una vocecita aguda detrás de mí. Sentí como bracitos intentaban abrazar mis piernas, pero la falda no se lo permitía. Me di la vuelta y lo vi. Esta tan lindo con su traje. Me costó convencerlo de ponérselo, pero un día de juegos en el parque lo hizo aceptar y a mi bajar la mitad de mi peso. Sus bellos ojos miel miraban mi vestido, por su expresión estaba claramente asqueado, como yo. Lo tomé y lo levanté en mis brazos. Apoyó su cabeza en el hueco de mi cuello y un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Ese gesto se me hacía tan familiar... Mi madre soltó un grito ahogado y tomó fuertemente la muñeca de mi hijo. —Helena, ya tiene cinco años. No necesita que lo cargues, arruinara tu vestido —Dice entrecerrando los ojos en dirección a mi niño. Mi madre no quiere a Andy, apenas lo soporta y yo soy la que la calma cuando quiere tratarlo o decir algo que lo hiera, lo ha hecho varias veces y las peleas que tuvimos fueron bastante fuertes. Por no decir agresivas. Nadie iba a tocar nunca a mi bebe. Nunca.  Tomó la mano de mi madre y la quito de la muñeca de él.  —No me importa mamá —Lo mire y le bese la frente— ¿Siempre querrás que mama te cargue o no? —¡Si! —Contestó dando un grito. Enredo sus bracitos por mi cuello y me apretó fuerte. El niño tiene fuerza, demasiada para su edad. El otro día golpeó a un niño un año mayor que él porque lo estaba molestando. Como no era la primera vez que ocurría, me dieron una última advertencia, si llegaba a ocurrir otra vez lo iban a echar del jardín de niños.  Le grite un poco... Y después lo felicité por darle un golpe en el estómago como le enseñé, pero que no volviera a hacerlo. No es que esté de acuerdo con los golpes, nunca fueron una opción, pero he hablado con los padres del niño para que calmaran la conducta de este, no me han hecho puto caso y, de hecho, se han reído en mi cara. He hablado con cada miserable profesor y tampoco recibí respuesta. No iba a dejar que Andy fuera herido, ni de broma. Kelsey entró en el cuarto junto a Angel. Mis dos damas de honor.  Kelsey estaba completamente pálida, mientras Angel estaba sonriendo en mi dirección. Quería preguntarle a Kelsey que le pasaba, pero no quería hacerlo enfrente de Andy. —Cariño, hazle un favor a mama. ¿Puedes traer mi bolso? Lo tiene la señorita de recepción —Le dije y él asintió muchas veces con la cabeza. Salto de mis brazos y fue corriendo en señal de la puerta. —¿Pueden dejarme unos segundos a solas con Kelsey? —Mire a mi madre que hizo mala cara y Angel igual. Angela odia a Kelsey. Y Kelsey a Angela. ¿Por qué? No lo sé, solo sé que Kelsey dice que es una mala persona, pero no me dice la razón, entonces lo dejo pasar. Ambas se fueron y me quedé a solas con ella.  —¿Qué sucede? —Pregunte mientras me quitaba el velo. —Nada... Solo estoy ansiosa por la boda, de hecho, ¿no pueden adelantarla? —Pregunto tocando sus manos. —Pero faltan diez minutos para que empiece. No creo poder adelantarla más que eso. Además, tu no querías que me case con Kyle, ¿qué estás diciendo?  Ella acomodo la falda de su vestido violeta. Era horrible, pero no peor que este. —¿Te puedo preguntar algo? —Sentía que le costaba pronunciar palabra. Estaba como si hubiera visto un fantasma. —Por supuesto —¿Lo amas? La pregunta me cayó bastante pesado. No sé porque pienso la pregunta, cuando ya la sé. —Kelsey, me voy a casar con él, es obvio que lo hago. Me acepto cuando nadie más lo habría hecho. —¿Pero lo amas o amas que te haya ayudado? Uh, eso fue bajo. Es la pregunta que siempre quise evitar y justo me la pregunta en mi boda. Ya estaba irritada. Justo antes de que pudiera contestar, se abrió la puerta. Entro Andy con mi bolso en una mano y en otra tenía una parte del saco de una persona.  Despacio y en cámara lenta, levante la cabeza. Pase mis ojos por su abdomen que aun con camisa, se hacía presente. Por su gran pecho y sus anchos hombros. Luego por su cuello... Cuando llegue a sus ojos puedo garantizar que sentí que todos estos años de superación se desmoronaban poco a poco. El maldito pecho empezó a doler de nuevo. Mis piernas flaquean y todo mi cuerpo igual.  No puedo apartar mis ojos de él y ganas de gritar se instalaron en mí. Mi hijo junto a él. Es un sueño, debe ser un sueño. —¡Mama! —Grito Andy y corrió hacia mi Vi cómo se abrieron los ojos de Alex al escuchar a Andy decir "Mama" y verlo abrazarme el cuello. ¿Como llego a abrazarme el cuello?  Ahí es cuando me di cuenta que estoy arrodillada en el piso con mi vestido de novia alrededor de mí. Mirando al chico que desapareció de mi vida hace más de cinco años. Sus ojos siguen siendo la cosa más hermosa que vi jamás, eran color miel, como los de Andy. Tenía el pelo n***o y desaliñado, aunque ahora lo tiene mucho más largo, le llega a los hombros. Después baje mi mirada a sus labios. Eran labios carnosos, y sabía muy bien que tan dulces y suaves eran. De la nada todo se volvió n***o.
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