Todos habían llegado al bar, por esa ocasión estaría cerrado para el público, sería una fiesta privada protagonizada por los dueños del club. — ¡Por su última semana solteros! – brindaron chocando sus vasos con cerveza de barril. — Una jodida semana – dijo Gustavo limpiándose los residuos de espuma. — Se nos pasará muy rápido – suspiro Nat. — ¿No estarán arrepintiéndose, verdad? – sonrió Jack. — No – dijeron los dos de inmediato causando la risa de todos. — Dios, no – dijo Nat – No, no y no – abrazo a Gustavo – Nadie me apartara de este hombre. — Y a mi nadie me apartara de esta mujer – sonrió Gustavo – Solo mírenla, no entiendo porque mierda es tan hermosa – tomó el rostro de su novia – ¿Puedes dejar de ser tan linda? — Awww – dijeron todos mirando como la pareja se daba un pequeñ