—Lo se, señor.— Infla su pecho.
—Cuídala, y si me entero que estás tomando alcohol en vez de cuidarla, vas a conocer lo hijo de puta que puedo llegar a ser.— Le corta la llamada.
—Decime que no vas a ir a buscarla.— Súplica el morocho cruzado de brazos, con la cola apoyada al sillón...
Demian levanta la mirada, y lanza una sonrisa de costado.
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—Buenos días.— Saluda Theo, mientras Juana le sirve el café, toma un tostado y se lo mete casi completo en la boca.
Demian lee el diario, en la cocina, mientras toma su café... —Buenos días.— Gruñe.
—¿No me digas que estas enojado conmigo?— Pregunta entre risas y sorbos de su café.
—Tendrías que haberme dejado ir.— Responde pasando una mano por su entrecejo.
—¿Te acordas como estabas anoche?— Se burla.
Demian
