Despertar en compañía es una de las cosas más lindas que a uno le pueden pasar. Y así se despierta Adela. Demian aferrado a su cintura con su pecho subiendo y bajando levemente, cómo pocas veces lo había visto. Era una vista envidiable de observar. ¿Que más lindo que ver la calma echa persona? Aúnque, bueno, viniendo del rubio no podía ser por mucho tiempo. El reloj del iphone de Demian suena y Adela se sobresalta alzando sus cejas y volteando la vista a Demian, quien tuerce las cejas y saca de su bolsillo el blanco celular. Cierra sus ojos unos momentos y tira su cabeza para atrás zafando el agarre de Adela, la misma, se levanta desarrugando su ropa y metiéndose en el cuarto de baño. Él todavía sigue acostando cuándo ella vuelve a ingresar a su habitación provisoria, tendido en la