La amante del jefe

Plan de seducción

El lunes por la mañana, llegué al trabajo más temprano que de costumbre y me puse a buscar a Mike, lo encontré platicando con Jenny y le pedí que me dejara a solas con él, ella me guiñó el ojo y salió de la oficina.

-¿Puedo hablar contigo?

-Ya estás hablando.

-Escucha. Lo del sábado, no era lo que parece.

-¿Tenías pareja?, ¿Por qué quisiste salir conmigo si ya tenías pareja?

-Él no es mi pareja, no te enojes. Todo fue idea de Mark.

-¿Mark?, y ¿el qué tiene que ver con esto?

-Seré honesta contigo, el me pidió que me acercara a ti porque estaba preocupado de que entraras en depresión por no salir con nadie.

-Es tan típico de él, no entiendo qué tiene de malo que no salga con nadie.

-Eso es lo que yo siempre digo, parece que piensa que eres del otro lado.

-Sí, también creo eso. Entonces, ¿todo era falso?

-No. Bueno, al comienzo sí pero luego comencé a sentirme atraída hacia ti y la verdad es que quisiera estar contigo, si me dejas.

-¿Piensas estar con dos al mismo tiempo?, eres peor que mi hermano.

-No. Ese hombre que viste no es mi novio.

-¿Entonces quién es?

No supe cómo explicarlo, así que le dije una mentira.

-Es un amigo con el que comparto departamento, él se preocupa mucho por mí y por eso reaccionó de esa forma.

-¿Enserio?

-Sí, es solo un amigo, solo que a veces me cela mucho como un hermano, pero la verdad estoy harta de vivir con él. Comencé a hacerlo luego de abandonar la casa de mis padres, no quería regresar con ellos por nada en el mundo, y por eso me quedé con él.

-Pudiste habérmelo dicho antes, debió haber estado a punto de matarme.

-No creas, le expliqué quien eras y le caíste muy bien. No quiero que te enojes. Si quiero salir contigo y no por el estúpido trato que hice con Mark.

-También me gustaría volver a salir contigo.

-¿Todo aclarado?

-Sí, me alegra de que no fuera tu novio.

Iba a tener que terminar con él definitivamente, no importaba como lo fuera a tomar, tenía que hacerlo si quería estar libre para andar con Mike.

-Pero, ¿por qué aceptaste un trato así?

-Es que prometió que me dejaría vivir en un departamento a bajo precio.

-Si quieres puedes quedarte conmigo.

-No podría pedirte eso.

-No me molesta, sería un placer tenerte.

-No sé.

-Piénsalo si quieres, pero mi propuesta está abierta por si estas interesada.

-Gracias, que tierno.

-Pero conociendo a mi hermano no dejará de fastidiarte hasta que te hayas acostado conmigo, ¿lo engañamos?

-¿Cómo?

-El viernes saldremos a comer a un hotel y lo citaremos para contarle lo nuestro. Después de comer, rentaremos una habitación y pasaremos allí la noche, creerá que tuvimos relaciones.

-Suena bien, hagámoslo.

Ese día trabajamos en forma conjunta, nos volvimos más cercanos y nos tirábamos indirectas frente a Mark para que creyera en nuestra relación.

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Tengo muchos nombres, pero la mayoría me conoce como “el niño mimado de papi”, soy hijo del dueño de una de las empresas más importantes del país. Él tuvo que ir al exterior por cuestiones laborales y me dejó a cargo mientras estaba fuera.

Todos pensaban que era un acomodado, pero ninguno se imaginaba del esfuerzo y méritos que tuve que hacer para conseguir el puesto en el que estaba.

Era aburrido estar a cargo, me gustaba tener poder sobre los demás pero la mayoría del tiempo era agotador. Todo cambió desde que una nueva empleada entró a la empresa. Su nombre era Erika y era bastante inexperta.

Era torpe, pero había algo que me llamaba la atención de ella, no sabía exactamente qué, pero algo en ella me cautivaba. Tenía un cuerpo exquisito, un rostro angelical y una perseverancia impresionante. Mejoró con el paso del tiempo y se convirtió en una profesional.

No era el joven responsable y prudente que todos creían, tenía una doble personalidad que pocos conocían, incluso Mike la desconocía. Si alguien llegaba a enterarse de mi segunda personalidad, mi reputación se iba a ir por los suelos.

Tuve la oportunidad de mantener relaciones con ella y no me arrepiento de nada. Un día, por causas del destino la trasladaron a mi departamento y no pude contener mi emoción. La note nerviosa y fingí frialdad.

Me daba ternura verla incomoda. Compartía algunas risas con mi hermano y eso me alegro, porque Mike había estado muy serio después de que un trágico accidente acabara con la vida de su novia Lorena, juro no volver a enamorarse pero al parecer lo estaba haciendo. luego de mucho tiempo estaba sonriendo de nuevo.

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En la noche, fui con Frank a un restaurante donde tocaba una banda tributo de mi grupo favorito y por primera vez no disfruté sus canciones.

-Has estado muy callada, ¿te pasa algo?

-No, solo estoy cansada por el trabajo.

-¿Un mal día?

-Algo así.

-Pero no pienses en eso ahora, es nuestro momento especial.

-Es cierto.

Brindamos y me puse tensa, no quería lastimarlo pero tenía que decirle la verdad. Si no terminaba con él, nuestra relación iba a seguir y cada vez me iba a costar más trabajo terminarlo.

-Frank…

De repente el grupo dejó de tocar y uno de los meseros llegó a nuestra mesa con un ramo de flores. Entonces él se arrodilló y colocó un anillo en mi dedo.

-¿Quieres casarte conmigo?

En ese momento me dieron ganas de salir corriendo, jamás debí dejar que nuestra relación avanzara tanto. Todos nos observaban esperando mi respuesta y no sabía qué responder.

-¿Qué dices?

-Frank…lo siento, no puedo casarme contigo.

Los clientes me abuchearon y me fui corriendo del bar dejando mi cartera en el asiento. No quería regresar al departamento, quise tomar un taxi para ir a casa de mi madre, pero no traía efectivo y me daba miedo volver al restaurante.

Lo escuche llamándome desde lejos y me fui corriendo hacia una casa sin rejas, me escondí entre unos árboles y espere a que abandonara la búsqueda.

Unos perros comenzaron a ladrar y el dueño salió alumbrando con una linterna.

-¿Mark?

-¿Erika?

Tartamudee sin saber qué decir.

-¿Qué haces escondida en mi patio?

Escuché la voz de Frank y corrí a abrazarlo. Note que se sonrojo pero no le di importancia.

-Señor Mark ayúdeme por favor, Déjeme quedarme con usted esta noche.

Se puso nervioso de repente, se lo pedí de nuevo y aceptó dudoso.

Entramos rápidamente y afortunadamente Frank no me había visto.

-Gracias, esto te debe parecer extraño, pero…

-Me gusta que me visites Erika, pero no te esperaba.

-No creas que vine por ti, me persigue alguien y necesito que me dejes pasar la noche aquí, por favor.

-¿Quién te persigue?

-MI ex pareja, termine con él y está como loco.

-¿Quieres que te acompañe a denunciarlo?

-No, no te preocupes, ya se le pasará, no es nada tan serio.

-Debes denunciarlo, no está bien que te trate así.

-Estoy en eso, ya lo estoy solucionando.

-Bien.

Acepto que me quedara y no me hizo más preguntas. Me ofreció el sillón de su sala y para mí era más que suficiente. Busco una cobija en un armario y luego me la dio.

-Listo, duerme bien.

-Gracias.

Jamás pensé que podría llegar el momento en que necesitaría su ayuda.

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Mi sueño se estaba haciendo realidad, la tenía en mi casa y me moría de ganas por meterla en mi cama, pero tenía que controlarme. Me preocupaba que su ex la estuviera acosando, solo esperaba que no fuera a hacerle nada.

Espere a que se durmiera y fui a la sala para contemplarla, sus piernas estaban descubiertas y no pude contener la excitación que sentía, comencé a tocarme y estuve a punto de acariciarle las piernas pero me detuve.

Pronunció el nombre de mi hermano y dejé de tocarme, le saqué una fotografía y luego me encerré en mi habitación. No podía aguantar las ganas de tenerla entre mis brazos pero me calmé, lo mejor era mantenerse alejado mientras estuviera en mi casa.

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Desperté sintiendo mucha ansiedad, estaba hecha un manojo de nervios y no quería regresar, pero sabía que tendría que hacerlo, él tenía derecho a exigir respuestas y se las tenía que dar sin importar la reacción que tuviera.

-¿Te vas tan pronto?

-Sí. Creo que ya es momento de irme, te agradezco por todo.

-Si ese tipo está siguiéndote no puedo dejar que te vayas sola.

-No te preocupes, estaré bien.

-No estaré tranquilo si te vas sola, te acompaño a tu casa.

-De verdad no hace falta.

-Insisto.

-Bueno, está bien.

Era la primera vez que lo veía preocupándose por alguien que no fuera él, no quería que fuera conmigo pero no me dio otra opción.

Acepté y me acompañó al departamento, rogaba al cielo que Frank no intentara lastimarlo. Era alguien celoso pero estaba segura que no era capaz de matar. Eso era algo que pasaba solo en las novelas.

Nos detuvimos en la puerta del edificio y le pedí que se fuera, él se negó e insistió en entrar conmigo.

-Ya puedes irte, voy a resolver esto sola.

-No puedo dejar que entres con ese lunático, ¿qué tal si te hace algo?

-Estaré bien, no te preocupes.

-No se…

-Ya puedes irte, todo estará bien, no me va a pasar nada.

-Bueno, pero si notas algo extraño me avisas-anotó su número en mi mano y se fue.