Sofía Ir en busca de Romeo para una charla que lo hiciera entrar en razón no fue buena idea. Del joven bribón y coqueto no quedaba nada. Al menos no para mí. No fui directo a casa, hice una parada en la de Orlando tras un mensaje de texto con su propia solicitud. Llegar a la propiedad del menor de los dos hermanos Fioretti aún seguía siendo una sorpresa para mí. Orlando vivía con Leticia, la madre de Alonzo. Quien tras tantos años fuera del país regresó y nos demostró que sin importar cuantos años pasaran, los que estaban destinados a estar juntos terminaban cruzándose nuevamente en algún momento de la vida terrenal. La castaña no se encontraba en casa, por lo que creí que seguramente se hallaba trabajando o visitando a sus nietos. En su lugar encontré solo a Orlando, leyendo en l