Sofía La casa se sentía más grande y extremadamente vacía. Era cómico, puesto que solo unos días antes no dudaba en querer plantarle el divorcio a Fernando, sin tener en cuenta lo agónico de su ausencia. La tarde anterior había llegado a toda prisa en busca de una despedida emotiva en la que pudiese darle a mi marido la seguridad de nuestro próximo encuentro, sin embargo, no fue así. En su lugar encontré a Alonzo, quien contra todo su pesar y uso de toda su empatía me contó cómo lo habían obligado a marcharse de forma prematura. "Haremos que estén juntos de nuevo, te lo prometo. Debes mantenerte tranquila y colaborar para que sea en el menor tiempo posible" Y quería hacerlo, pero ni siquiera poder comunicarnos mediante una llamada me martillaba la mente. ¿Habría comido? ¿Se encontr