CAPÍTULO ONCE Rápidamente, Caitlin subió con Caleb las interminables escalinatas del campus de la Universidad de Columbia, sus pasos hacían eco mientras se apresuraban por el imponente edificio donde estaba la oficina de Aiden. A Caitlin le era surrealista estar de regreso allí, este lugar donde había pasado tantos años de su vida, y su corazón latía con fuerza mientras se dirigía hacia el edificio, por temor a lo que Aiden pudiera decir. Caitlin se sentía segura al tener a Caleb a su lado, ambos, estaban ansiosos por ver de nuevo a Aiden y también lo temían. La última vez que había estado allí, Aiden le había aconsejado matar a su propia hija. Ella había jurado no volver jamás. Ahora, se encontraba en una situación desesperada e, irónicamente, se dio cuenta que Aiden era la única perso