Capítulo 11 — No digas nada

1753 Words
— JA, JA, JA. — Carcajeó Brenda a través del teléfono, Nicole tuvo que separar el aparato del oído para que no le reventara. — ¡No puedo creer que le hayas dicho eso, quisiera haber estado ahí o haberlo visto por un agujero! — La verdad… Ni yo todavía no me lo creo… — Suspiró Nicole, sonriendo, la risa de Brenda podía ser contagiosa. — ¡Así es que me gusta Nicole, así tienes que ser de ahora en adelante, fuerte, decidida, hazle pagar a esa escoria lo que te hizo, desgraciado, infeliz, no te vayas a dejar de él! — Continuó Brenda con entusiasmo. — Ese es el plan, aunque debo admitir que no será fácil… Estoy asustada, Brenda, yo nunca he trabajado y voy a empezar a hacerlo con un cargo importante y junto al hombre del que me acabo de divorciar… Y no en buenos términos. — Comentó Nicole, pensativa. — Eres lista Nicole y tienes el conocimiento teórico, solo te hace falta la práctica, ¿o prefieres que te meta un chip con toda la información que necesitas por dónde no te pega el sol?, ja, ja, ja. — Volvió a carcajearse Brenda al recordar lo que Nicole le dijo a Walter. — No… — Nicole sonrió automáticamente. — Claro que no… — Qué tengas miedo es normal, todos lo tuvimos en nuestro primer empleo, lo importante es que te avispes y uses todo lo que aprendiste en las clases, claro agregándole un poco de tu astucia… — La animó Brenda. — Ya verás que te irá bien, lo lograrás, saldrás adelante amiga y podrás ayudar a tu madre… Por cierto, ¿cómo está?, ¿ya fuiste a verla? — No… No me sentí en condiciones de visitarla, no quería que me viera con el aspecto que cargaba, además… Todavía no sé si mi padre sabe lo del divorcio y no sé cómo vaya a reaccionar… — Suspiró Nicole. — No creo que le afecte, porque seguirá recibiendo su tajada de dinero… Y no fue tu culpa, fue del idiota de tu esposo, así que no tiene por qué reclamarte… — Sí, creo que tienes razón… — Respondió Nicole, aunque eso no le quitaba la idea de qué igual no sería fácil el reencuentro con su padre. — ¡Ahora cuéntame!, ¿qué tal está el tal Patrick? — Preguntó Brenda llena de curiosidad. — Mmmm, bueno… — El recuerdo de Patrick abrumó la mente de Nicole, sobre todo por lo que había hecho por ella. — Él es… Él es… Impresionante… Solo te puedo decir que… Nunca en mi vida había conocido a un hombre como él y… No hablo solo por el físico. — Uhhhh, quiero más detalles… Pídele una foto, pero no una aburrida, una muy sensual y me la envías… — ¡Brenda!, ¡¿cómo se te ocurre?! — Voceo Nicole poniéndose colorada al imaginárselo. — Ay, qué mala eres… Pero bueno, por lo menos hay esperanzas… — ¿Qué quieres decir? — Preguntó Nicole, confundida. — Nunca antes habías visto o hablado de otro hombre que no sea el idiota de tu exesposo, no tenías ojos para nadie más y Patrick ya se ganó una impresión muy favorable de tu parte… Eso quiere decir que hay esperanzas de que te olvides del idiota de Walter y te fijes en alguien más… — Explicó Brenda. — No… No es tan fácil… — Murmuró Nicole afligida, sintiendo todavía en carne viva el dolor de lo hecho por su exesposo. — Deberías intentarlo… Podrías probar llevando tu relación con Patrick a algo más que una simple actuación de novios, intentar algo más íntimo y que un hombre de verdad te quite la virginidad en la cama y te haga olvidar por completo al imbécil de Walter… Total, ya le estás pagando… — Sugirió Brenda como si nada y Nicole sintió como se le calentaron las orejas, ¿ella sugería que se acostara con Patrick? — ¡¿Qué?!, ¡¿cómo se te ocurre, Brenda?!, además, sabes perfectamente que no soy virgen, yo he estado con Walter y… — Se alarmó Nicole. — ¡Eso no es estar con un hombre de verdad!, él solo se acostó contigo unas cuantas veces en unas borracheras, ¡es más!, eso no cuenta, para mí es como una violación, aunque tú digas lo contrario, solo porque él era tu esposo y lo consentiste, que hombre más desagradable… Así que, eso no cuenta como acostarse con un hombre de verdad y hasta que tú no pruebes el verdadero placer, para mí, tú sigues siendo virgen en la cama… — ¡Ay, por Dios!, no sé por qué estamos hablando de esto… Mejor ya no digas nada, ¿si?... Yo… Brenda… ¿Sabes qué?, estoy muy cansada… Es tarde, ya me voy a acostar… — Balbuceó Nicole, sintiéndose aturdida por todo lo que le decía su amiga. — Bien, aunque sé que me cortas porque te desagrada que te lo diga, pero sabes que es la verdad… Piénsalo, quizás intentarlo con Patrick cambie tu perspectiva y así, ya no tengas que sufrir más por Walter… — Agregó Brenda, sabiendo muy bien que, por lo menos, había dejado sembrada la semilla en la mente de su amiga. — Adiós, Brenda… Te llamo luego. — Adiós, linda… Cuídate. * — Tío Aiden… ¿Me averiguó lo que le pedí? — Preguntó Patrick desde su teléfono. — Sí, no me costó nada de trabajo… Los Matthew y los Gibson son unas familias muy importantes y respetables que, hasta los momentos, no están involucradas en algún escándalo y problema financiero… Ambas familias trabajan con empresas de tecnología, me informaron que hace dos años se unificaron por un matrimonio arreglado para agrandar y extender las empresas, básicamente, son nuestros rivales, ellos quieren competir con nuestras empresas… Como si eso fuera posible. — Soltó Aiden en tono burlón, al otro lado de la línea. — Entiendo, tío, gracias por la información… — Oye, espera… ¿Para qué querías saber de ellos? — Preguntó Aiden, el tío de Patrick, con curiosidad. — Nada importante… Por casualidad me tropecé con algunos integrantes de esas familias y me dio curiosidad… Nunca antes había escuchado de ellos, ahora entiendo que es porque trabajan con empresas que no están en mi ramo… — Comentó Patrick. Recordando qué, quien se encargaba de las empresas de tecnología de su familia, era su hermano mayor, Albert. Por eso no había escuchado antes de esas familias, pues Patrick trabajaba principalmente como el CEO de las empresas familiares en el ramo de salud y bienestar. — ¿Seguro es solo por eso? — Preguntó Aiden con sospecha. — Si es así, ¿entonces por qué no le preguntaste a tu padre o a tu hermano?, — No, tío… Ya sabe cómo son mi papá y Albert, no dejarían de hacer preguntas… Prefiero mantener el asunto con discreción y por eso preferí preguntarle a mi tío favorito, quien sé que no dirá nada… — Querrás decir a tu tío alcahueta… — Replicó Aiden riendo. — Espero que no te vayas a meter en ningún problema, Patrick… Y por cierto, ¿qué tal van tus vacaciones? — ¿Mis vacaciones?, pues… Más interesantes de lo que esperaba. * A la mañana siguiente, Nicole había sido notificada por la empresa de que empezaría a trabajar el día lunes como Gerente de Marketing, eso la emocionó y asustó al mismo tiempo. “Gerente de Marketing” no podía ni dejar de imaginárselo, ella trabajando, ganando su propio dinero, logrando sus metas, una nueva ilusión crecía en el agujero que había quedado por su divorcio. Era un pequeño sentimiento de felicidad que no sentía hacía tiempo, excepto por su reciente graduación, pero este momento, quería y podía compartirlo con alguien muy especial, su madre. Así que, sin importar el temor que le causaba el posible reencuentro con su padre, Nicole se dirigió esa mañana a la casa de sus padres, en la que Olivia, su madre, la recibió con gran sorpresa y alivio, pues ella no sabía que su hija ya había regresado de terminar sus estudios. Ambas se sentaron juntas placenteramente en el salón principal de la mansión, aprovechando que Henry no se encontraba. — ¡Vas a trabajar! — Se emocionó Olivia, apenas Nicole le contó la buena noticia, abrazando a su hija. — ¡Felicidades, hija, sabía cuanto querías esto y que lo lograrías! — Así es, mamá, podré ganar buen dinero y ahorraré todo lo que pueda… — Nicole tomó las manos de su madre, apenas se separaron del abrazo. — Ya verás, te prometo que me esforzaré mucho y te sacaré pronto de aquí, vendrás a vivir conmigo y todo estará bien… — Cómo crees, Nicole… — Olivia sonrió perpleja. — No voy a ir a meterme en tu casa y la de tu esposo… — ¿Qué? — Nicole se tiró hacia atrás en el sofá, ¿ella todavía no lo sabía? — Tú tienes que vivir tu vida, hija, arregla tu matrimonio, puedes mejorar tu relación con Walter y ser muy feliz, solo con eso, yo también seré feliz… — Le sonrió Olivia con el brillo de la esperanza en sus ojos. — Además, yo ya me acostumbré a estar aquí, Henry ya casi ni me mira, solo sale a divertirse, así que estoy bien… — ¿Mamá?, ¿es que ustedes todavía no lo saben? — Preguntó Nicole, confundida. Pues ella se imaginó que Walter le informaría a Henry del divorcio lo antes posible, o que quizás ya le había mencionado de su decisión desde antes de que Nicole firmara los papeles. — ¿Qué cosa, hija? — Preguntó Olivia extrañada. — De mi divorcio, Walter me pidió el divorcio, lo firmé, apenas llegué de mi viaje de estudios, él ahora está con otra mujer. — Explicó Nicole a su madre, viendo como está abría los ojos de par en par, por la sorpresa. — ¿Qué? — Exhaló Olivia. Justo en ese momento, la puerta del salón se abrió dando paso a Henry, quien se quedó en el umbral viendo a ambas mujeres con mala cara. Nicole y Olivia de inmediato se levantaron de sus asientos, era difícil olvidar las costumbres y las reglas impuestas por su padre, a pesar de haber estado viviendo por dos años en otro lugar. — No digas nada… No le digas nada a tu padre. — Nicole alcanzó a escuchar el tenue susurro de su madre.
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