Capítulo 9 — Mi Nicole

1503 Words
Tabitha se cruzó de brazos sintiéndose poderosa, no le importaba que tan despectivo fue su comentario, pues para ella, no había dicho nada que no hubiera sido la pura realidad. — ¿Gorda? — Patrick elevó una ceja, molesto. Nicole bajó la vista con vergüenza, Patrick volteó para mirarla, la pena en su expresión provocó que se le revolcara algo por dentro y la apretó a su cuerpo. — Pues yo solo veo a una mujer hermosa, dulce y tierna… — Murmuró Patrick sin dejar de mirar a Nicole. — Más que eso, las curvas de mi Nicole son… — Patrick se mordió el labio de forma seductora. — Ella es sensual, muy sensual… Nicole levantó la vista con sorpresa, sintiendo como saltaba su corazón, quizás era una actuación, ¡no!, Nicole sabía que era una actuación, pero no podía evitar sentirse cautivada por las palabras de Patrick y su pulso acelerado lo demostraba. — Esto debe ser una mald!ta broma. — Gruñó Walter entre dientes, volteando la vista, pues por alguna razón, él no soportaba ver esa ridícula escena. — Disculpe señora… — Patrick se dirigió a Tabitha, a quien se le encendieron las orejas al escuchar la palabra señora… — Pero debería saber que a los hombres que nos alimentamos bien, nos gusta comer suficientes proteínas… — Patrick le dirigió una mirada burlona a Walter, quien de nuevo volteó el rostro con rabia. — Quien no sabe de eso, prefiere la carne deshidratada y seca… — ¡Oiga! — Se fue a quejar Tabitha, pero Patrick no la dejó hablar. — Si su hombre pide respeto por su mujer, yo pido respeto por la mía, así que le agradezco que no vuelva a llamar a mi Nicole de esa manera… — Patrick tomó con delicadeza la barbilla de Nicole para levantar su rostro y verla a los ojos. — Porque por dónde quiera que yo vea a mi Nicole, yo la llamaría escultural… «Mi Nicole, mi Nicole, mi Nicole, qué cansado es este sujeto», se quejó mentalmente Walter, volteándose a mirarlos para pedirles que se marchen de su oficina. Pero al voltear la escena fue peor, Patrick bajaba el rostro lentamente hacia el de Nicole y ella solo se sonrojaba más, sin hacer nada para detenerlo, Walter sintió como algo se le oprimió por dentro. — ¡Ya basta! — Gritó repentinamente Walter, Nicole volteó sorprendida. — ¡Bien, eres libre y puedes hacer lo que te dé la gana, pero no en mi presencia, ten algo de pudor, por lo menos, ahora váyanse de aquí! Patrick y Nicole se miraron por un segundo, él le sonrió con una mirada llena de seguridad. El corazón de Nicole latía acelerado, la sangre le fluía calentándola como si le recorriera una carga de adrenalina, algo dentro de ella se infló, llenándola de seguridad. Este era el apoyo que necesitaba, esta era la satisfacción que sentía por haber logrado, por lo menos, sacar a Walter un poco de sus casillas. Así que sosteniendo la mano de Patrick con fuerza, Nicole se irguió y elevó el rostro hacia Walter, con cierta altanería. — No, todavía no me pienso ir… — ¿Qué? — Walter, que ya se dirigía a su escritorio, se volteó para mirarla, ceñudo. — Yo no vine solo para firmar el divorcio, Walter… — Continuó Nicole. — ¡Ya sabía yo!, piensas sacarme más dinero, ¿no es así?, pero estás muy equivocada si crees que te voy a dar un centavo para que te lo gastes con este don nadie… — Escupió Walter desde su escritorio. Patrick dio un paso al frente, el muy imbécil ese de Walter parecía que necesitaba mucho más escarmiento que unos simples celos, pero Nicole sintió su intención y lo detuvo, deslizando una mano hacia su pecho. Cuando Patrick se contuvo, Nicole volvió a dirigirse a Walter. — No me interesa tu dinero, por mí te lo puedes seguir gastando en los hoteluchos en los que te revuelcas con tu amante… O con las otras que tengas… — Resopló Nicole. — ¡Oye! — Tabitha se quejó, zapateando como una niña. Nicole la ignoró. — Vine a pedir lo que por derecho me corresponde, ahora que terminé mi especialización, quiero un puesto de trabajo directivo en la empresa. — ¡¿Qué?!, ¡¿estás bromeando?! — Walter sonrió como si le hubieran contado un chiste. — ¿Te parece una broma? — Nicole arrugó el entrecejo. — Te recuerdo que esta empresa también le pertenece a mi familia y es mi derecho trabajar en la junta directiva… — No puedes, tú no estás preparada, ¿qué puedes saber tú…? — Terminé mis estudios con honores… — lo interrumpió Nicole. — Me preparé para ejercer el lugar que me corresponde… — No tienes experiencia, nunca has trabajado… — Walter se encogió de hombros como si todo ya estuviera dicho, hablando en un tono burlón. — No eres más que una niña consentida por su padre, ¿o qué?, ¿acaso piensas que trabajando aquí puedes pasar más tiempo conmigo? — Ja, ja, ja. — Se carcajeó Tabitha acercándose a Walter. — Por favor, ¿no te da vergüenza, Nicole?, que bajo estás cayendo. Nicole apretó los labios, sintiéndose sofocada de nuevo, ella se quedó por un instante pensativa, no era por eso que lo hacía, no era por eso que pedía el empleo, quizás en otro momento si hubiera tenido la ilusión de estar junto a Walter, pero no ahora. Ella necesitaba el empleo, aunque pareciera una desesperada, pero lo necesitaba para subsistir y para ayudar a su madre. Patrick vio la expresión de Nicole y como le había afectado el comentario de Walter, algo le dijo que ella de verdad quería a ese hombre, que seguía enamorada de su exesposo. Él apretó la mano de Nicole, incentivándola, había mucho que Patrick quería decirle a este par de cretinos, pero ella también tenía que imponerse y defenderse. Nicole sintió la mano de Patrick entrelazándose con la de ella con más fuerza y lo miró por un instante, él le sonrió, asintiéndole una mirada llena de determinación. — Pareciera que aquí, a quien le cuesta entender que ya no estoy interesada, es a ti, exesposo… — Voceo Nicole volteando hacia Walter con altivez. — ¿Acaso tú naciste aprendido o te insertaron un chip por dónde no te entra el sol, con toda la información necesaria para empezar a trabajar en la empresa? — ¿Qué? — Walter la miró perplejo. La Nicole que Walter conocía, nunca, pero nunca le hubiera hablado así, ¿qué carajos le había sucedido a su esposa?, o mejor dicho, su exesposa. Y era cierto, esa era una selección de palabras que Nicole jamás habría utilizado, pero en ese instante, ella solo pensó en qué hubiera dicho Brenda, su amiga sarcástica y sin filtros, y esto salió. — Quiero que encuentres un buen puesto de trabajo en la empresa o te lo inventes, no lo sé, pero que tenga un buen sueldo, no quiero chocarme con alguna diferencia de salario con otro integrante de la junta directiva, Walter, o te iría muy mal a ti… — Tú no puedes venir a amenazarme… — Replicó Walter, arrugando el entrecejo, pues de pronto, él entendió perfectamente que Nicole estaba hablando muy en serio. — Tú lo dijiste, soy la niña consentida de mi padre, ¿no?, pues hablaré con él y le contaré todas las atrocidades que me has hecho… — Voceo Nicole, pues si Walter pensaba que el padre de Nicole era tan bueno con ella, por lo menos tenía que sacarle algún provecho. — ¡No!, ¡mejor aún!, todos los sabrán, todos se enterarán de la verdadera clase de hombre que es Walter Gibson, un infiel y maltratador que abandonó a su esposa por una zorra. — ¡¿Qué?! — Tabitha miró a Nicole aturdida, con la boca abierta. — ¡Zorra eres tú…!, ¡Ya verás…! — Se intentó abalanzar sobre Nicole, pero Walter la detuvo, tomándola por la cintura. — Lo sabía y no me equivoqué, eres una manipuladora… — Gruñó Walter entre dientes. El corazón de Nicole se estremeció ante esas palabras, pues sí, ahora lo estaba manipulando. — Está bien. — ¿Cómo? — Resoplaron Nicole y Tabitha al mismo tiempo, sorprendidas. — Tendrás tu puesto de trabajo, ahora vete, por favor, no soporto verte. — Continuó Walter con mucha seriedad, sin soltar a Tabitha. — ¡Walter!, ¡¿qué haces?!, ¡¿acaso te volviste loco?! — Comenzó a quejarse Tabitha, meneándose para soltarse de su agarre. — ¡Ya!, ¡¿quieres callarte?! — ¡A mí no me hables así! Nicole los miraba, pero sin verlos realmente, se sentía en shock, ¿lo había logrado?, ¿los había enfrentado y había ganado? Patrick la jaló ligeramente, haciéndola reaccionar, era momento de retirarse y ambos salieron de aquella oficina, tomados de la mano, mientras se escuchaban los gritos de Walter y Tabitha discutiendo.
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