Camino entre las calles cubriendo mi cara de que no vean, ajustó más la capucha pasando debajo de las cámaras, el silencio y el frío de la noche me tienen alerta, abro la rejas y salgo al exterior cuidando de alertar a los de seguridad. Camino cuesta abajo, a unos 20 metros me espera un auto, las ramas crujen bajo mis botas y el sonido de los animales nocturnos me advierte que es la noche perfecta para experimentar el peligro.
Veo a la lejanía el auto, apresuró el paso, el chofer apenas me ve entre las sombras se baja, saca su arma y espera a que me identifique, subo la manga de mi suéter y muestro mi brazo junto con el tatuaje que tengo que me identifica como m*****o de la mesa real, baja el arma y me abre la puerta y me invita a abordar el vehículo, detengo mi paso apenas escuchó unos pasos apresurarse a mi dirección, volteo cuidando de que mi identidad no quede expuesta, el chofer saca su arma quitándole el seguro, detengo su mano cuando apunta al objetivo, saco mi daga y me volteo viendo a uno de los guardias de la mansión, me acerco a el con cautela le alertar a los otros, está armado, me coloca el cañón en el pecho, le sonrió y antes de que pueda disparar le clavó la filosa hoja en el cuello, su sangre me baña las manos y antes de que haga ruido lo termino de degollar.
- Tenemos que irnos - la voz rasposa y gruesa de aquel hombre da escalofríos
Me subo al auto dejando que aquel hombre se encargue del cadáver que yace tirado en el piso junto a las hojas muertas, se lo sube al hombre y tira el cuerpo inerte en la cajuela, cierro la puerta, veo por el cristal de la ventana como esparce un líquido en donde había rastros de sangre, me recuesto del asiento, un dolor de cabeza punzante me está taladrando la cabeza.
Miro la hora en el reloj del auto 2:30 am buena hora para cargarse a un muerto, bufo pasando las manos por mi cara, siento los dedos húmedos miro mis manos y la sangre está impregnada en ellos, el chofer decide subirse, voltea hacia mi y cuando ve el desastre de sangre que tengo en la cara niega, abre la cajuela y saca unos pañuelos, me los tiende de manera brusca.
Empiezo a limpiar los rastros de sangre viendo como el auto va dejando atrás la que supuestamente es mi casa, dejo los pañuelos manchados a un lado y quitó la capucha de mi cara, cierro los ojos disfrutando del silencio de la noche, el hombre no habla y yo tampoco.
Tres horas después me bajo del auto en medio de un tullido bosque, camino según mis recuerdos me dictan, el auto desaparece apenas me deja en medio de este. Miro a mi alrededor ubicándome según las coordenadas que recuerdo, la luz de la luna es mi faro en esta fría noche, tengo cuidado de caerme o de que me pique algún animal, me toca tirarme al piso cuando una trampa se activa y casi me vuela la cabeza.
- Jodidos idiotas... - murmuró apenas me levanto sacudiendo mis rodillas
Sigo caminando hasta que halló a la lejanía lo que llevo buscando desde hace media hora, sonrió y apresuro mis pasos hasta quedar frente a la enorme piedra, pasó las manos por ella sintiendo la dureza de esta, miro detalladamente las figuras talladas en ella, pasó la mano por las figuras hasta que caigo en el detector, este se activa pidiendo que ponga mi retina en el. Acerco mi ojo dejando que lea la retina, emite un sonido antes de dejarme ingresar. el piso tiembla ante el movimiento de la piedra, me pongo a un lado, no vaya a ser que caiga encima, cuando ya está completamente abierta bajo por las escaleras rocosas, la luz de las antorchas iluminan el extenso camino, llego al final de este y varios hombres resguardan la entrada de una puerta, caminó hasta ellos, me apuntan con sus armas, veo el logo de estas y sonrío cuando veo que tienen en sus manos mi creación, me quito la capucha dejando que la luz de mi rostro me identifique ante ellos, sus rostros inexpresivos se niegan a darme paso, me subo por segunda vez en la noche la manga dejando que vean el símbolo de mi familia tatuado en el.
Bajan el armamento de inmediato arrodillándose delante de mí, camino entre ellos abriendo las grandes puertas doble, el sonido de esta alerta a los presentes, camino hasta la cabecera de la gran mesa sentándome en ella, los presentes inclinan su cabeza ante mi presencia.
- Siéntense - acatan la orden en silencio
- Mi señora - quito mi abrigo dejando a la vista de ellos mi completa identidad
- Es un placer tenerla de vuelta después de tantos años - la cabecilla de los búlgaros se inclina ante mi besando el dorso de mi mano
Alejo mi mano cuando conecta su mirada con la mía, carraspeo viendo de manera detallada a todos los presentes.
- Es el vivo retrato de Helena - me incomoda escuchar eso
- De nada le sirve tener la belleza de la reina si se vuelve una maldición - miró a la líder del clan irlandés y calla cuando tamborileó los dedos en la mesa
- Mi señora - desvió mi atención de la vieja a el más joven de la mesa - me alegra saber que está bien, esperamos por su regreso un largo tiempo - asiento notando que apenas debe tener unos 18 años
- ¿Tu eres? - me sonríe de manera tímida pasando las manos por su cabello azabache
- Soy la cabecilla del clan griego - frunzo el ceño - mi padre murió, así que tome su lugar - asiento fijándome en sus rasgas
- Un crío manejando negocios de adultos - me quedo estática en la mesa cuando su cuchillo pasa cerca de la yugular de la vieja irlandés
Mi pecho se sube y baja de manera acelerada ante el cambio de aquel chico, me levanto de la mesa apenas este la sujeta del cuello, las personas se revolucionan alejándose de ellos, y yo soy uno de ellos.
- Me bañare con tu sangre si vuelves a dirigirte a mi de manera irrespetuosa - ¡Vaya con el crio! ¡pero si es todo un maniaco en rumbo!
Las personas a mi alrededor esperan que haga algo para detenerlo, pero hasta yo tengo miedo de acercarme.
- Mi señora..., deténgalo - sacudo mi cabeza alejando el asomo de miedo
- Basta..., siéntate - volteo su fría y escalofriante mirada a mi, ladea una sonrisa que me hiela la sangre y la suelta
Ya veo porque el padre lo dejó como su sucesor, un dúo de locos sicarios sin escrúpulos ni principios.
Se acerca a mi de manera cautelosa y todos se alejan como peste apenas pasa cerca de ellos, se detiene ante mi, me saca como mínimo dos cabezas de altura, trago en seco cuando se arrodilla y con la cabeza gacha sostiene mi mano, la sensación de adrenalina y peligro invade mi cuerpo.
- Discúlpeme, no fue mi intención irrespetar su presencia - levanta su mirada y la conecta con la mía - el clan griego esta bajo sus ordenes mi señora - asiento soltándome se su agarre
- Tomen asiento - lo dejo ahí de rodillas y vuelvo a mi puesto
Todos vuelven a sus asientos dudosos de su propia seguridad, hasta yo temo que me degollé sin darme cuenta, la líder irlandés con la mirada ida y la mano en su cuello me ve en busca de consuelo, pero debo reconocer que ella y sus comentarios sarcásticos y llenos de veneno se lo busco.
- Por favor, dejen de armar revuelo y vayamos a lo importante - todos asienten estando de acuerdo
- Bueno, creo que debemos empezar a tomar la decisión final - miro al vejete a mi lado esperando que explique de qué se trata esto
- ¿Cual decisión? - este me mira inexpresivo ¿se supone que debo de saber?
- La decisión de posicionarla a usted como la reina de la mesa real - frunzo el ceño ¿pero que carajos...?
- ¿Disculpe? - me enderezo en la mesa
- Pensé que lo sabía... - niego pasando las manos por mi cara
- Ustedes me llamaron ¿como pretenden que sepa tal cosa? - miro a todos con la misma expresión de sorpresa
- Mi señora, por decreto y según las leyes que nos rigen usted debe tomar el puesto de su madre la difunta reina - me levanto negando
- ¡No! - se me quedan viendo ante mi negativa, supongo se que esperaban de todo menos una negativa de mi parte
- Por ser heredera le corresponde - niego, sé lo que conlleva ser la cabecilla y reina de esta mierda
- Yo no soy Helena, no me comparen con ella, No pienso tomar el lugar de esa loca - el cabecilla del clan japonés se pone en pie
- ¡Respete a la difunta reina! - me rio en su cara de manera sarcástica
- ¿Ustedes de verdad creen que yo estoy capacitada para tomar tal poder? - asienten - ¿Pero se han vuelto locos? - las manos me tiemblan
- Usted más que nadie sabía que en algún momento llevaría el peso de la corona - suspiro frustrada - la reina la bautizó y la proclamó como su heredera, usted presenció todos los sacrificios que se hicieron por usted - asiento soltando el aire retenido en mis pulmones
La camisa me asfixia, el cuerpo me pica y la presión en el pecho no me deja respirar con normalidad, nadie me dijo que me tenía que preparar para esto ¡nadie me dijo que tenía que ser el legado de mi madre!
- Se supone que este puesto era para mi hermano - el griego se pone en pie negando
- Su hermano murió, por lo tanto usted es la que sigue en el linaje de sucesión, y si al caso vamos, su madre desde que nacieron la nombro a usted como su sucesora, ¡a usted Emma! no a su hermano Emmanuel - me siento de golpe procesando todo
Esa maldita bruja me jodio la vida desde que me dio a luz, ¿Cómo se le ocurre hacerme parte de esta payasada? tenía todo planeado desde hace décadas, por eso tanto entrenamiento, por eso me obligaba a que me aprendiera esto esta mierda al pie de la letra.
- Alex puede tomar mi lugar, también es... - la mano del líder escocés calla mis palabras
- Usted es la futura reina, deje de idioteces y póngase los pantalones como se debe, el bastardo de su otro hermano no es más que una escoria, lo fuese matado con mis propias manos si no fuera por la difunta reina y mis respetos hacia ella, pasaron más de 20 años esperando su regreso, es hora de que tome lo que le corresponde y se vuelva la reina de la mesa real, usted sabía que esto en cualquier momento iba a suceder, fue entrenada y educada bajo nuestros muros, se sabe cada uno de nuestros reglamentos, hizo un juramento de sangre, deje de negarse y prepárese que su cabeza va a llevar el peso de la corona, le guste o no - toco la cicatriz en mi mano
No tenía palabras para describir lo que siento, negarme me llevara a la mesa de decapitaciones por incumplir con las leyes que dictan mi pueblo, y aceptarlo es asumir que estaré recluida aquí hasta que se cumpla el plazo de mi coronación, nunca debí venir aquí, no debí aceptar esa invitación, ¡esto es una completa locura! suspiro frustrada, de aquí no salgo viva si no hago lo que me corresponde.
- De acuerdo - me pongo de pie - tomare el mando de esto - ellos asiente conformes con mi decisión - pero - los miro de reojo - no esperen de mí lo que esperaban de Helena, yo no soy ella y aunque les duela, esa perra me resbala, nunca escucharas pleitesías de mi parte hacia ella - sus caras enfurecidas lo dictan todo
Le estoy insultando a la que era su reina es su cara, a pesar de que fue la que me trajo al mundo, nunca perdonaré que por sus malas decisiones vidas inocentes fueran acabado en manos equivocadas.
- Desde luego que no, por lo que vemos usted es más letal que su propia madre, esperamos que sepa actuar con sabiduría y no se deje llevar por las pasiones carnales como le pasó a ella - agarro mi abrigo abriéndome paso entre los guardias
Camino por los extensos pasillos de piedra subterráneos frustrada, no quiero esto, no quiero formar parte de esta mierda, Alex debería tomar este lugar ¡no yo!, camino entre pasillos siguiendo los recuerdos que me direccionan a la que era la habitación de mi madre, esa arpía me marcó desde el primer momento que me tuvo en sus brazos, me detengo en la puerta cuando veo que exactamente igual de cómo la recuerdo, la abro adentrándome en ella.
El olor de su perfume aún sigue vivo, es como si ella nunca se fuera ido, camino entre sus pertenencias, su vestidos, perfumes y documentos están esparcidos en cada espacios de manera ordenada, no hay rastros de polvo, no hay nada que dicte que ella murió hace más de 20 años, me siento en la cama poniendo mis manos en mi cara.
Temía esto, ahora soy una esclava, ahora estaré atada a esto hasta el día que me muera, no podré huir más, y aunque lo intente mi sangre será derramada en esta misma piedra.
Me levanto revisando los papeles que yacen en la mesa, su letra era impecable, pulcra, perfecta, sus palabras acertadas, leyes irrompibles, sagradas ante un ejército de hombres que dan la vida y su familia por cumplir sus deseos.
Leo cada uno de sus mandatos durante los 40 años de su gobierno, fue capaz de liderar a un ejército tan grande desde los 10 años de edad, su madre, mi abuela la metió en este mundo desde que ella estaba en su vientre, al nacer la coronaron como sucesora, lo mismo que ella hizo conmigo.
Encuentro un diario con sus experiencias vividas, de cómo fue entrenada y adiestrada para tomar decisiones que llevaran a los clanes a la grandeza, de como le tocó vivir en el encierro por varios años hasta su coronación, no se le permitía la salía al mundo exterior, ningún hombre podía conocer la belleza de la futura reina, nadie que no fueran las damas de la corte podían interactuar con ella, habla del dolor que sentía cuando su propia madre evitaba estar cerca de ella, de como se sentía un objeto, un arma oculta que mostrarían al mundo cuando fuera culminado el plazo y tuviera que cargar con la responsabilidad que le competía llevar la corona.
- Mi señora - me sobresalto al escuchar a una de las damas entrar
Me doy la vuelta enfrentándola, viene con una bandeja en la manos y la mirada fija en el piso.
- Le traje comida, supongo que debe de tener hambre - asiento viendo como deja la bandeja en una mesa y se retira
- ¡Espera! - la sujetó del brazo evitando que se marche - sabes algo sobre la fecha de mi coronación - ella asiente, retira de manera suave mi mano de su brazo y se para frente a mi con la mirada en sus pies
- Cuando la luna llena brille en su máximo esplendor - siento que la vida se me va del cuerpo
- ¿Como? - siento el cuerpo helado
- Se dictó la fecha según las órdenes de la difunta reina - me alejo de ella con el corazón acelerado
- Puedes retirarte - me amarro el cabello buscando calmarme
- que tenga buen apetito, si desea algo más nos puede llamar, estamos a su disposición - haciendo haciéndole señas para que se retire
Me voy de nuevo a los papeles que tienen sus decretos y no puedo evitar pasar de manera desesperada hoja tras hoja en busca de lo que necesito, me detengo en uno que fue dictado con la fecha de mi nacimiento.
"He aquí, mi primogénita, la que tomara el trono en el momento de mi partida, ella será la cabeza de la futura generación"
Niego exasperada.
Sigo leyendo y me detengo en la frase que me hace cerrar los ojos con fuerza.
"Al cumplir los 24 años, cuando la luna esté en su máximo esplendor, bajo su luz y delante del pueblo que conforma la mesa real, la heredera al otro tomara el lugar de la antigua reina y será coronada bajo un juramento de sangre, el pueblo tendrá que someterse con sumisión ante su poder"
!Bruja malnacida¡
Los ojos se me aguan, mi cumpleaños es en unos días, mi tiempo y mi lebertad se acabo, ahora por su cumpla tendré las manos manchadas de sangre inocente para cumplir con las órdenes de la loca, ¡no puedo! ¡no quiero cumplir su mismo patrón! me encadeno a un mundo del que yo nunca quise ser participé, Emmanuel no era el heredero ¡siempre fui yo! me marcó a mi y lo sacrificó a él, derramó la sangre de su propio hijo para evitar su traición, no fue una decisión errada, fue una orden que dictó hacia el mundo desde que nos dio a luz, todo este tiempo pensando que mi hermano murió por culpa de sus enemigos y de sus malas desiciones y ¡fue ella! todo este tiempo ella fue la verdadera culpable, mato a su propio hijo ella misma, acabó con su vida para que su legado fuera invencible.
En 40 dias yo tambien tendria que hacer lo mismo, en 40 noches tambien pondria en sacrificio la vida de alguien para que mi nombre sea temido y proclamado ante una multitud de locos.