3

1504 Words
David se encontraba sentado en un sillón, completamente desnudo debajo de la bata de tela fosforescente disponible en la oscura habitación para que fuera más fácil interactuar. Ya llevaba unos diez minutos esperando en la oscuridad cuando la puerta al fin se abrió. Logró ver la silueta de la persona que entró, contra la luz del pasillo, por unos segundos antes de que la puerta volviera a cerrarse. No se puso de pie hasta que no escuchó el click del seguro de la puerta. El recién llegado esperó unos segundos frente a la puerta, supuso que a la espera de que su visión se adaptara un poco a la oscuridad. Luego, David sintió el sonido de unos zapatos de tacón acercándose a él, hasta que quedaron frente a frente, tan cerca que las puntas de sus pies casi se tocaban. David sabía que si la persona que ingresó conocía las reglas de la Dark Room, no hablaría ni interactuaría con él hasta que él lo ordenara. A falta de un sentido tan importante como la visión, disfrutaba de sentir cómo se agudizaban los demás. Ninguno de los dos se movió, reinó el silencio, pero una energía extraña se movió entre los dos cuerpos. Su oído empezó a percibir la respiración de su acompañante, sintió cómo se aceleraba y se volvía irregular. Estaba nerviosa, o tal vez ansiosa. David dio una respiración profunda y un delicioso olor bastante familiar golpeó su mente y estremeció su cuerpo. Olía a rosas, pero no era un olor artificial o procesado, olía como las rosas de verdad. Su polla reaccionó. David miró hacia abajo para ver si podía identificar el color de su manilla, pero no había ninguna. —¿Hueles a rosas? —un silencio fue la respuesta—. ¿Eres sumiso? ¿Por qué no llevas una manilla? Puedes responder ahora. —Sí, señor, soy un sub —una voz grave y aterciopelada respondió. Joder, era un hombre, pero a su polla pareció no molestarle; por el contrario, su voz le sonaba jodidamente sexy. Sin embargo, aún no respondía a su otra pregunta, y era importante. —¿Por qué no llevas tu manilla? ¿Tienes un Amo? —preguntó con seriedad. Las reglas siempre se cumplían en el Darkness, eran muy estrictos y no iba a arriesgarse con un sub con dueño. —No, señor —no entendía cómo, ni por qué, pero le gustaba cómo se escuchaba eso en esa voz; su polla estaba cada vez más interesada, esto era nuevo, definitivamente el destino sabía jugarle unas buenas pasadas—. La llevo en mi bolsillo porque no me gusta que me aborden. —Déjame ver si entendí. ¿Entonces eres un sumiso desobediente? —Algunas veces, señor —la respuesta le provocó una risa—. Okey, esto se pone interesante. Voy a tocarte ahora, ¿está bien? —Sí, señor —el chico respondía correctamente, pero no desde adentro, se sentía superficial. David deslizó sus manos desde sus muñecas hasta sus hombros, y no sintió la piel del chico, estaba demasiado cubierto. —Desnúdate —demandó. —Oh, sí, lo siento, señor —pudo sentir cómo el chico se apresuró a obedecer. —No tienes que disculparte, y tampoco tienes que llamarme señor si no lo sientes —el chico seguía desvistiéndose y lo sintió trastabillar—. Ten cuidado —lo atrapó entre sus brazos, y el aliento de ambos se enredó el uno con el otro. Una energía atraía los cuerpos como un imán. Silencio. Respiraciones agitadas. El chico era más bajo que él, su cuerpo era menudo y su piel era suave. No pudo evitar acariciarla y sentirla; él encajaba tan perfecto entre sus brazos y su olor, mierda, ese jodido aroma. —Entonces, ¿cómo debería llamarte? —por fortuna, el chico rompió el silencio antes de que le comiera la boca sin piedad. Aunque no acostumbraba a besar en el cuarto oscuro, sus labios picaban por sentir aquella boca. Por supuesto, aquí está la continuación corregida del Capítulo 3: --- —Lo sabrás cuando lo sientas de verdad. Por ahora, me interesa más que me digas lo que necesitas, qué estás buscando. ¿Hay algo que deba saber, algo que no deba hacer? —Solo… hazme sentir con el corazón —y eso fue todo lo que David necesitó. Deslizó su mano por la nuca del chico y le dio un beso intenso. Era extraño; nunca había besado a un chico. ¿Era gay ahora? ¿Por qué esto le gustaba tanto? Sus labios eran suaves y a la vez fuertes; se los imaginaba llenos y rosados, deliciosos, tanto como sabían. Su mente se movía a mil por hora, haciéndose preguntas, pero él simplemente no podía detenerse. Sus manos empezaron a vagar por el cabello, la espalda, la cintura del chico… era delgado, se sentía frágil, y podía sentir cómo el cuerpo se desvanecía entre sus brazos, cómo se estremecía bajo su toque. David sentía que no podía detenerse, no quería contenerse, necesitaba saber cuándo hacerlo. ¡Joder! A su pesar, separó sus labios de los ajenos y, con voz ronca y lujuriosa, preguntó: —Palabra de seguridad, chico. —Sunset —respondió entre jadeos. Cuando obtuvo su seguro, David deslizó una mano por la espalda del chico y apretó fuerte su trasero, mientras con la otra rodeaba completamente su delgado cuello, apretó, cerró un poco más, la sensación del pulso del chico palpitando en su mano era afrodisíaca. Apretó un poco más. No había palabra de seguridad, solo gemidos y jadeos, sin soltarlo lo dirigió hacia la gran cama. Cuando al fin lo tuvo recostado en ella, preguntó: —¿Te gusta esto, chico? —apretó un poco más y con su otra mano jaló su cabello, tirando de su cabeza hacia atrás. David no entendía por qué estaba siendo tan brusco; era como si le molestara lo que el chico ejercía en él. Era increíble: entre más su corazón palpitaba y su cuerpo sudaba, más se intensificaba ese embriagante aroma. —¡Sí! —"sí" a secas, sin un título. David maldijo en su interior. Se puso de rodillas en la cama y arrebató de su propio cuerpo la bata que lo cubría; necesitaba sentir su piel y su calor. Sintió cómo las manos de aquel muchacho se deslizaban sobre sus brazos y su fuerte pecho; el chico gemía excitado. —¿Te di permiso para que me tocaras? —reclamó severo, solo por sacarse el clavo; el chico retiró las manos como si se quemara. —Lo siento —David lo tomó de la barbilla, apretando sus mejillas con una mano. —No, aún no lo sientes —mascullo cerca del rostro del chico—. Estira los brazos a cada lado —cuando lo tuvo en la posición que deseaba, esposó sus muñecas a cada poste en las esquinas de la cama. Acarició la línea de sus brazos descendiendo desde sus muñecas hasta su pecho; no había músculos prominentes. La delicadeza de su piel y de su cuerpo lo llamaba extrañamente a ser cuidadoso, y a la vez quería apretar hasta romperlo. Debía tener cuidado con este sentimiento, debía encontrar su punto medio, el toque perfecto que lo hiciera gritar de dolor y de placer al mismo tiempo. Sus manos se encontraron sobre los pezones del muchacho, y sin poder evitarlo, apretó ambos al tiempo y el chico gimió y arqueó su cuerpo. David acarició su torso hasta apretar con sus enormes manos la pequeña cintura del chico. Era increíble que la persona que estaba debajo de él fuera un hombre; se sentía jodidamente bien, y no podía detenerse, no quería hacerlo. David se acostó cubriendo el cuerpo pequeño debajo de él, apoyándose en sus brazos para no aplastarlo. Metió la nariz en la curva del cuello del chico y absorbió ese jodido aroma que lo estaba enloqueciendo. Totalmente embriagado y sin poder controlarse, abrió los maxilares y propinó una mordedura. ¿Qué mierda estaba haciendo? Se había vuelto loco para querer marcar a un sub que no era suyo. Y ¿por qué le molestaba tanto que no lo ensalzara, si él acababa de decirle que no lo llamara señor? —¡Aghh, sí! ¡Eres tan jodidamente bueno! —¡Silencio! No quiero escuchar tu voz hasta que sientas el impulso necesario de decirlo —dijo mientras posaba su mano en la polla erecta y goteante del chico. Por Dios, era la primera vez que tenía otra polla en su mano; ¿debería esto sentirse tan bien? Masajeó. El poder de dominar a otro hombre estaba sobrepasando su ser. Juntó las dos pollas sintiendo el peso de ambas en su mano. Iba a quebrar a este chico; iba a conseguirlo. Tiró de ambas erecciones. Una. Dos. Tres. El chico jadeaba, se retorcía con sus manos aún atadas y contenía su voz, pero los gemidos eran aún audibles. El chico estaba cerca, lo sabía; él mismo lo estaba. —Vamos, chico… dilo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD