CAPÍTULO CATORCE Thor, empapado en sudor, estaba de pie con los otros chicos en la Legión, tratando de recuperar el aliento. El segundo sol estaba en su apogeo, golpeando sobre él, y ya había sido un día implacable. Después de obtener permiso de los Kavos y habiendo encontrado su camino de regreso a los otros miembros de la Legión la noche anterior, todos se habían acostado en el suelo del desierto. Thor sentía como si acabara de cerras los ojos cuando lo habían despertado temprano, al amanecer del día siguiente, y desde entonces, no habían dejado de entrenar durante todo el día. Fue el primer día de entrenamiento de Los Cien, y era más pesado de lo que podía imaginar. Ellos habían estado entrenando desde la mañana, formando grupos con los de diferentes edades. Practicaron tirar lanzas