Jazmine, muy impaciente, espera en el consultorio del Doctor Reginald los resultados de sus exámenes. Toda la mañana estuvo siendo sometida a una serie de estudios, y estaba de muy mal humor. —¿Hasta cuando tendré que esperar, Regie? —Le pregunta a su médico de cabecera, cómplice y amigo de toda la vida. —Tranquila Jazmine, no tardan. —Le dice el hombre, de avanzada edad, cuando tocan la puerta. —Vez. Deben ser los resultados. —Por fin... —¡Adelante! —Permiso… —Dice y pasa una enfermera con varios documentos en su mano, que entrega al médico y se retira. Luego de agradecerle a la enfermera, Reginald Reeds, lee con atención cada hoja, mostrando una preocupación notable al ver a Jazmine a los ojos, luego de releer varias veces los resultados y observar con detenimiento las imágenes d