Aurora regresa a casa bastante preocupada de lo que será su vida de ahora en adelante. Apenas cruza la puerta, Adriana la abraza con desespero. —Hermana, ¿estás bien? Papá dijo que te fuiste con Ares, ¿te ha hecho algo? —¿Por qué le haría algo? —Interviene con preocupación Isaías que aparece de la nada. —¡Por nada, papá! Adriana se refiere a la boda, si ya ha tenido algún acercamiento conmigo como pareja y eso… —Miente Aurora pidiéndole perdón a Dios por qué jamás imaginó que tendría que mentirle tanto a su padre, pero todo fuera por protegerlo. —¡Mmm! —La mira con los ojos entrecerrados, no muy convencido. —¿Segura? —Sí. Tan segura que precisamente hoy me invitó a salir, para conocerme, y hablar acerca de nuestro compromiso, decidiendo que ya no deberíamos esperar más, y por eso