Sara empezó a despertar, sentía que todo su cuerpo dolía como si la hubieran atropellado y en realidad lo era. En su cuello sentía una severa molestia, pues tenía un collarín ortopédico para que no se lastimara. Llevó sus manos hasta la cabeza, donde sintió una venda recorrer por toda la frente y cabello. Abrió más sus ojos y notó que estaba en una de las habitaciones del hospital. A lado de ella, había un hombre que no dejaba de monitorear los aparatos médicos. - ¿Qué hago aquí? – preguntó Sara con una voz débil. El doctor la miró sorprendido, al fin había despertado. - Tuviste un accidente en medio de la carretera. – respondió amigable. – no fue nada grave por el momento, pero necesito realizar estudios en tu cabeza. Los impactos que no se ven, son los más peligrosos. - explicó. S