- Enzo, desde hoy vas a tener dos madres. – explicó Sara en la cena. - ¿Dos mamás? – preguntó el niño algo sorprendido sin dejar de ver a Fernanda y a su madre. Sara no sabía cómo explicarle los motivos, estando a punto de hablar por segunda vez, Fernanda le respondió, mientras se acercaba a Enzo y se ponía de cuclillas. - ¿Te gustaría tener dos madres para así divertirte y dar más amor del que ya das? - ¡Sí! – respondió entusiasmado y abrazó a Fernanda. – si me gustaría, no quiero que mamá este sola. Sin el abuelo no es lo mismo. Sara se acercó a ellos y decidió envolverlos en un abrazo. No era fácil asumir la ausencia del señor Smith, la herida todavía continuaba fresca. Sonrió al saber que su hijo estaba a salvo, sonrió por tener devuelta la herencia de sus padres y ahora tení