La misma noche Ámsterdam Julius Las rutinas en el ballet te exigen confiar en tu compañero, porque un giro, un traspié, una voltereta en el aire, pueden cambiar la coreografía en un segundo, convirtiéndola en brillante o un total fiasco. Por supuesto que en la vida práctica es más difícil confiar en alguien, menos con sujeto tan impredecible, idiota e inestable como Teo, entonces te toca pararte firme y ser más rudo, de lo contrario te destrozará, no cambia que estudio los gestos del imbécil hasta que escucho su voz desfachatada romper el silencio. –¡Mierda! Te enredo la niñita, pero te aconsejo divertirte con ella y olvidarla, no juegues con fuego, porque si Stacey llega a conocer que tiene competencia. ¡Te castrará! –rebate con un tono sarcástico, suelta una carcajada burlona y lo