Narra Alec. Maldita sea. Estar dentro de su culo era una tortura celestial como nunca antes lo había sentido. Estaba tan apretada que exprimia la vida de mi polla, y sabia que no duraria mucho más. No queria correrme demasiado pronto, pero no pude aguantar. Pude sentir lo cerca que estaba ella, empuje con fuerza, acercándola aún más. Me incline y volví a escupir en su trasero, manteniéndola lubricada. Ahora ella era completamente mía en todos los sentidos. Quería llenarla con mi semen en todos los lugares que pudiera. Quizás más tarde me correré por todo su pecho y lo frotaré en su piel, marcando mi territorio. Me encantaba el sentimiento de propiedad que conlleva tomar su cuerpo de todas las formas posibles, y quería pasar el resto de mi vida sintiéndolo. Toque fondo dentro de ella, pe