Capítulo I
Narra Olivia.
Mis amigas y yo llegamos al club donde celebraríamos la meta de habernos graduado de la secundaria. Era un acontecimiento que comenzaba marcar nuestras vidas, estaba lista para madurar, convertirme en un adulto responsable, aunque me daba algo de ansiedad y miedo. Estaba dejando de ser una niña de papi para comenzar a convertirme en una joven universitaria y en una mujer adulta.
El ambiente era espectacular, la música era genial. Las chicas y yo comenzamos a beber, esta vez legalmente y no como antes cuando comprábamos bebidas alcohólicas sin que nadie se diera cuenta, estudiábamos en una institución privada para señoritas, una de las mejores el país. Odiaba usar el horrible uniforme color rojo a cuadros, pero ahora esté descansaba al fondo de mí armario, pero en estos momentos podía hacer lo que yo quisiera.
—¡Por fin ya somos mayores de edad, podemos beber lo que queramos y follar con quién queramos!—exclamó Susana realmente alegre.
—Eso siempre lo has hecho, no veo la diferencia—comentó Rachel entre risas, todas sabíamos lo s****l que era Susana.
—Tienes razón—respondió ella sin darle importancia, siguió bebiendo con normalidad.
El sexo era un tema del cual me sentía como una chica tonta e inexperta y de hecho lo era, ya que todavía era virgen. Sin embargo, una mis metas era perder mí virginidad, solo que muy dentro de mí deseaba que fuera con el hombre del cual estaba completamente enamorada. Era por él que nunca me atreví hacerlo con alguien más, sabía que mí deseo jamás se cumpliría, ya que este hombre era el mejor amigo de mí padre, él solo me veía como una niña de papi que todavía no había madurado y sé que jamás me vería de otra manera.
Poco después tres chicos se acercaron a nuestra mesa con unas bebidas, uno tenía el cabello castaño, su nombre era Marcos y los otros dos tenían el cabello oscuro sus nombres eran Ariel y Walter, eran muy guapos y se veía simpáticos, luego se sentaron con nosotras y comenzamos a charlar mientras disfrutábamos de nuestras bebidas. Con el pasar de los minutos comenzaba a sentirme mareada, necesitaba refrescarme un poco, así que me levanté para ir al baño, caminé algo desorientada, todo mí alrededor parecía moverse, comencé a sentir mucha calor y empezaba a sentir que no podía respirar, llegué al baño de mujeres el cual estaba vacío, tomé agua con mis manos, mojé mi rostro con el propósito de restablecerme, pero claramente no funcionaba, no me sentía tan ebria como en otras ocasiones, está vez era diferente porque sabía que no había tomado mucho con mis amigas. En ese momento escuché la puerta del baño abrirse, volteé a ver quién había entrado y me sorprendí al ver a Marcos ingresar.
—¿Qué haces aquí?—pregunté sin comprender su presencia, él no digo nada, simplemente se acercó y me tomó por la cintura, comenzó a besar mi cuello con brusquedad mientras me sostenía fuertemente—. ¡Déjame!—le grité tratando de huir de él, sin embargo, no pude alejarlo de mí, solo pude cerrar los ojos de la impotencia rezando para que alguien entrará y me ayudará.
