23. El hombre por el que mi corazón late Lily —Tienes media hora agitando tu bebida. –las palabras de mi amiga y el tono de voz un poco alto, me hacen volver a la realidad. Una en la que no sé cómo le voy a explicar a mi madre lo que estoy sintiendo. Va a poner el grito en el cielo y de seguro que va a querer alejarme de Franco. Dejo mi bebida a un lado y miro fijamente a Caro. —No me mires así, me estás asustando. –me dice mi amiga, tapándose la cara con las manos. Me inclino hacia adelante y las retiro para que me vea. —Necesito practicar. Hoy serás Amelia Fuentes, mi mamá, y te vas a enterar que a tu hija le gusta su amigo. –Caro se queda callada, pero inmediatamente después suelta una carcajada. —Jajajaja. Pues entonces, ve despidiéndote para siempre de ese am