39. Debajo del agua
Franco
La habitación está completamente iluminada, y el sonido de las olas del mar golpeando las orilla de la playa, logran que me despierte. Sin abrir los ojos, estiro mi mano buscando el cuerpo de mi pequeña esposita. De más está decir que la manera en cómo la veía, ha quedado completamente en el pasado. Ante mis ojos, se ha convertido en una mujer…mi mujer. Pero por más que tiento en la cama, el cuerpo de mi Lily no se siente. Abro los ojos y veo que la habitación está vacía. No se escucha ruido en la ducha, así que tal vez esté utilizando el sanitario. Cierro los ojos nuevamente para concentrarme en los sucesos de anoche. ¡Vaya sucesos! Esa niña es una delicia. Aún siento en mí, el dulce olor afrutado de su sexo.
Creo que este matrimonio va a ser muy
