la reina Stella

1832 Words
"un soldado requiere entrenamiento extenuante, así como un monarca o guia de un reino" Mientras esos sucesos se llevaban a cabo, unos cuantos cientos de metros al norte, concretamente dentro de la ciudad de Carianópolis , estaban a punto de sonar las trompetas de guerra de nuevo al estar cerca la segunda fase de la campaña de defensa de la ciudad y sus habitantes en contra los invasores aluces, mientras tanto en la ciudad los ciudadanos, mujeres y niños incluso a falta de mano de obra también trabajaban sin descanso día y noche para reparar la ciudad de sus averías causadas por el enfrentamiento por la ciudad de murallas de mármol blanco, los trabajadores habían conseguido la hazaña de reparar la brecha abierta en la muralla de la ciudad con suma rapidez para evitar que los invasores se colaran de nuevo, mientras los trabajos de reparación de la explosión eran más tardados y laboriosos pero avanzaban de manera firme y constante, dieron digna sepultura a los soldados aliados caídos que habían muerto defendiendo su ciudad, mientras tanto la ahora recién nombrada reina Stella poco después de la primera batalla, y de un apresurado funeral para su padre, el difunto rey, no había tenido mucho tiempo para tristezas ni para luto, ahora ella era la líder de las defensas de la ciudad, estaba dispuesta a vengar la muerte de su padre y expulsar para siempre a los defensores aluces hasta el desierto de donde salieron, fue coronada como reina regente, por su experiencia militar, y dado que en el testamento de su padre había establecido de que en caso de que el falleciera se designara como regente y reina heredera a su hija Stella si su hijo menor no estuviera en la mayoría de edad, su madre, la esposa del rey había auspiciado una breve ceremonia de coronación para su hija, y fue nombrada "Defensora de la ciudad Libre de Carianópòlis", no hubo mucho tiempo para celebrar, había mucho, mucho que hacer y trabajar, de inmediato Stella ordenó la prontísima reparación de la brecha de la muralla sur por donde habían entrado los invasores, y el resguardo de toda el agua y los víveres de la ciudad, así como comenzar los planes para la reparación de el enorme agujero que había quedad en la ciudad ciudad después de la trampa suscitada con su aprobación de sus aliados del reino de Purias, también había que cerrar el boquete causado a la muralla defensiva de la ciudad, y reparar los sistemas de acueducto y drenaje de la ciudad, la ciudad no había vivido un asedio así en siglos, según las antiguas sagas escritas en los libros de historia de la Ciudad, el ultimo asedio había ocurrido hace dos siglos y fue cruel y época de penurias para la ciudad que terminarían con gran esfuerzo gracias a Apolo el Dios del sol, mientras tanto sobre los hechos de la batalla que recién acontecieron hace un día, Stella y todo el pueblo de Carianis habían agradecido sobremanera la intervención al mando del rey Purias , cuya pronta y adecuada actuación salvó al ultimo bastión defensivo y con su empuje había conseguido echar fuera de la ciudad amurallada a los invasores, la reina Stella le agradeció su providencial llegada a los escuadrones del Principado . - Todos los habitantes de Carianópolis agradecemos a los magníficos reinos miembros de la alianza de los reinos nórdicos, para acudir en defensa de nuestra ciudad estado cuando ésta estaba cerca de caer y ser completamente conquistada por el enemigo aluz del sur, su pronta defensa y aportación, nos ha ayudado a mantener nuestro reino independiente y honraremos nuestra labor como aliados al proporcionarles alimentos y refugio a ustedes, excelentes Naciones- Dijo la reina Stella ante el jarlk Snorri y la comandante en jefe de el ejercito del Principado de Purias, ambos habían aportado grandemente a la defensa de la ciudad estado, los nordicos al mando de Snorri contuvieron a las hordas enemigas que eran avasallantes debido a su superior número que aventajaba por varios miles a los defensores, a un costo enorme, deteniendo el avance de un ejército entero para evitar que plantasen el estandarte enemigo en el Castillo Real, y los miembros del ejército nórdico de cientos de hombres y mujeres del Principado de Purias que llegaron justo a tiempo para evitar la caída del último bastión defensivo de la ciudad, y revertir la situación dandole un reves y contraataque victorioso a los invasores, después de aquel momento se hizo un consejo de guerra y comenzaron la planeación para la defensa de los caminos luego de que vieron como los aluces bloqueaban el puerto, era claro que su meta era rendir a la ciudad al exponerla al hambre y a la carencia de provisiones, de inmediato el rey de Purias, el general Snorri y la reina Stella coordinaron defender cuanto antes los caminos para impedir que fueran sitiados, cuando avistaron al ejército aluz en el camino este que venía a unos cinco kilómetros de distancia, el ejército de alabarderos de Purias se situó en primera línea, a sus laterales la caballería pesada , y en los flancos derecho estaba Snorri y sus alfgardianos sobrevivientes, mientras que en el flanco izquierdo estaba Stella con sus escuadrones de recién reclutados voluntarios de la ciudad y ballesteros del ejército, además de arqueros a caballo, a lo lejos vislumbraban unas grandes columnas de diez mil soldados aluces en formación de cuña, junto con unos refuerzos con misteriosos que diferían tanto en vestimentas tanto como en apariencia física, los exploradores dieron la alarma de que un contingente grande de guerreros sacerdotes de Mevtli había decidido luchar a favor de los aluces, entonces sonaron los cuernos de batalla, la batalla estaba sobre la mesa y el ganador de la guerra se decidiría en breve, mientras tanto los molinos de los campos vecinos comenzaron a quedarse abandonados ante el temor de la gente de quedar entre el fuego cruzado, mientras los ejércitos se acercaban, un emisario en son de paz de los aluces fue con bandera verde, simbolizando que iba para dialogar antes de la batalla, exponía que si la ciudad de Carianis y todos sus defensores se rendían sin pelear, se respetarían las vidas de los ciudadanos. La reina Stella, junto con el rey de Purias y el comandante Snorri, además de los señores feudales que aportaron sus caballeros y sus siervos y siervas a la batalla en defensa de la ciudad se rieron de la propuesta y mandaron un mensaje de vuelta, diciendo que la ciudad no se rendiría bajo ninguna circunstancia y que la divinidad les protegía y estaba de su lado, además, las hachas y las espadas de los defensores les darían la bienvenida al campo santo o cementerio de la ciudad, pero nunca dentro de las murallas ni nunca conquistarían una ciudad estado libre de los salvajes del desierto. Eso enfureció sobremanera a Fäsir Mutamer, ahora decidido a ejecutar un ataque inmisericorde en contra de los defensores, pero Stella se mantuvo firme al mando de unos 4.000 soldados voluntarios que decidieron participar en la defensa de la ciudad, estando en una pequeña colina codo con codo con la formación de miles de soldados de Purias y el puñado de sobrevivientes de Alfgard, todos formaron filas y se prepararon, en primera línea los alabarderos, en formación de media luna detrás de los alabarderos estaban los espadachines, y a los costados la caballería de Stella y de el rey de Purias, en el centro, estaban los doscientos sobrevivientes alfgardianos al mando de Snorri, tenían la importante misión de evitar que se rompiera la formación y evitar que el ejército conjunto fuera rodeado y dividido, un escuadrón de ballesteros se colocó en las tierras altas cubiertos por vegetación y árboles para servir como punto de apoyo, mientras el contingente de los aluces, al ver la formación de los tres reinos, se decidió a emprender un ataque en formación de punta de lanza, aprovechando los refuerzos de Mevtli, que acompañarían a los aluces en la lineal frontal, tratarían de a****r brutalmente el centro para romper la formación, al ver esto, Purias colocó unas diez filas de alabarderos para poder reforzar a Snorri y sus soldados, que fueron curados por los siervos que tenían conocimiento de medicina y aprovisionados de armas como alabardas y picas además de alimentos, para poder resistir mas adecuadamente la carga de la infantería enemiga y la caballería, que se les abalanzaba encima. Iba a ser un combate a muerte, un duelo entre la civilización de los reinos del norte y en el otro lado, los salvajes del desierto, estaban en juego por una parte, las vidas de todos los campesinos y ciudadanos de la ciudad estado libre, Stella pensaba que, debían ganar esta batalla, rezaba a la divinidad, porque si ellos perdían, la furia de Fasir Mutamer se volcaría sobre los miles de inocentes, mujeres y niños libres que vivían en la ciudad, y lo haría de manera inmisericorde, tomó en una mano el estandarte de Carianis, el colibrí azul, mientras a su lado, sus aliados de Purias y de Alfgard avanzaban a la par, cansados y algunos heridos, pero iban con gran determinación y disciplina, los contingentes se detuvieron cuando estaban a dos kilómetros de distancia uno del otro, por una parte los quince mil soldados de Mevtli y Aluz, junto con un contingente de caballeros con armadura pesada y otros montados en camellos, mientras las naciones del Norte, se colocaron todos en formación, esperando la carga de caballería con los alabarderos de Purias. Sonaron las trompetas y cuernos de batalla que resonaron con un eco que retumbó en toda la colina y las planicies de hierba circundantes. La gente dentro de las murallas recién reparadas solo podía hacer honores a Apolos la deidad principal entre los templos de la ciudad, y solo esperar y cantar para infundir animo en la población, los músicos de la ciudad comenzaron a tocar canciones sobre gestas heroicas y reyes de antaño, y sobre las Eddas épicas de los tiempos más allá de la memoria, usando el láud y pequeños instrumentos de percusión, mientras tanto en la colina Stella gritó -¡Al galope, adelante! - y la carga de arqueros a caballo a su mando junto con su caballería pesada con espada iniciaron la cabalgata de las escuadras para a****r lateralmente a los caballeros aluces y a los lanceros a camello, mientras los alabarderos se preparaban para recibir la carga por el flanco derecho del ala de caballería. Los escudos comenzaron a tronar, las espadas a chocar, y los espíritus del norte inquebrantables avanzaron sin mirar atrás, una plegaria al Apolo se comenzó a recitar en la mente de ella pero también de todos los trabajadores y familias de la ciudad en los monasterios, y el los templos recintos dedicados al alzamiento del espíritu, y de muchos otros defensores incluidos de todos los tres reinos, que a sus respectivas divinidades le suplicaban que les favoreciese.,
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