En el camino, Elizabeth veía de forma aburrida por la ventanilla del auto pensando que no deseaba ir a esa casa, pero no le quedaba otra opción, mientras que Harald lo único que pensaba era que solo esperaba que esa mocosa no se asomara en el área “prohibida” de su castillo durante esa semana que permanecería siendo un hombre lobo. «Supongo que tendré que dormir en el bosque, no me puedo arriesgar a que esta entrometida se entere, y tampoco quiero que se marche. Siento que ella sabe más de lo que aparenta, evade mis preguntas y puedo ver la forma como me mira cuando me observa fijamente. Estoy segura que ella ve algo que no me quiere decir; es fácil darse cuenta, no nací ayer »piensa Harald mientras conduce rumbo al pueblo. «pero hay algo que no entiendo »piensa el rubio «¿Por q