Me detengo abruptamente porque me he olvidado que no llevo puesta más ropa que la interior; mientras bailoteo en medio del pasillo, sopesando el peligro de ir a buscar ropa, escucho un nuevo llamado. Avanzo hasta la mesa, tomo mi celular y miro la hora: falta media hora para la cita con las chicas. Marion es demasiado educada como para llegar antes, Hillary es especialista en llegar tarde (pregunten a Marcus si no) y Lisa no desperdiciaría ningún minuto que podría pasar en compañía de Noah... Así que... —¡La comida china! —caigo en cuenta que debe ser la comida chatarra que pedí, para hacer las veces de anfitriona. Todavía no he decidido qué hacer, cuando las manos de Evan me sostienen con delicadeza contra el muro, se pega a mi espalda, sujetándome las manos por encima de mi cabeza. M